Comienzo con unas precisiones. Si bien creo que son primitivas y atrasadas las definiciones políticas de izquierda y derecha, y que no explican nada o muy poco en la actualidad, las utilizaré para mostrar en el lenguaje de los que se han denominado de “izquierdas” que el de Maduro es un gobierno profundamente derechista, más explícitamente, de ultraderecha.
Los que utilizan estos términos, describen a la “izquierda” como los gobiernos que protegen los intereses de los ciudadanos más débiles, incluyéndolos en el moldeado de sociedades más equitativas y justas. Ellos mismos describen a la “derecha” como el gobierno que favorece a los poderosos, conservando su predominio e intereses. En el caso de la ultrederecha, éstos serían los gobiernos más conservadores, antiliberales y chauvinistas o patrioteros.
Hugo Chávez, un teniente coronel golpista, fue cooptado por el memorable embaucador Fidel Castro, quien le ofreció que le comprara su famosa retórica de izquierda al gobierno cubano por unos 90.000 barriles de petróleo al día, para que el propio Fidel y su grupito “certificara” el carácter de “izquierda” del gobierno venezolano. Lo cierto es que ese “Convenio Integral de Cooperación Venezuela-Cuba“, nunca auditado, ha servido para transferir una inmensa cantidad de recursos de los venezolanos de a pié, miles de millones de dólares, en sus 17 años, a la nomenklatura corrupta cubana en el poder, no al pueblo cubano. Mientras se recibían miles de cubanos a laborar en el gobierno de nuestro país, con salarios míseros, el gobierno de Cuba factura al de Venezuela unas 25 veces más de lo que le paga al semiesclavo cubano y unas 15 veces más de lo que cobraba el equivalente venezolano. En el patio local, el convenio enquistó a unos pocos funcionarios cubanos manejando al sistema de identificación nacional, las notarías, las decenas de empresas mixtas fantasmales, En fin, creó a una casta cubana que medra con pasión divisas del pueblo venezolano.
El sistema de control de cambio implantado ha significado la transferencia más grande de la renta petrolero a manos de unos pocos favorecidos o “enchufados” que haya registrado la historia, a excepción de algunas monarquías y emiratos que hacen vida en la Opep. Exministros han denunciado un desfalco de más de 25.000 millones de dólares. Se quedan cortos. Otros hablan de 100.000 millones de dólares. Y mientras estén en el poder, jamás se investigará nada, como varias veces la Asamblea Nacional con mayoría oficialista lo negó. Tampoco la Fiscalía, el Seniat y la Contraloría General de la Nación, de corazones rojos, investigó ni investigarán nada. Casos como el de Andorra, Panamá Papers, Pdvsa, Bariven, entre otros, indican una sola cosa: los más cercanos al poder han amasado inmensas fortunas por corrupción. Una casta hamponil que se pasea local e internacionalmente como verdaderos ultraderechistas, que lo son.
Localmente, los subsidios y los controles de precios formaron otra casta depredadora, menos afortunada que los depredadores de divisas, pero con el mismo modus operandi: La comisión, el chantaje y la reventa. Son los jefes de los organismos de control de precios y de las empresas públicas que aún producen algo y de entes oficiales que importan y distribuyen bienes. Son los bachacos culones, no más de cien, de la economía nacional. Han amasado inmensas fortunas que con el contrabando de combustibles, la reventa de vehículos chinos, de los alimentos regulados, de viviendas oficiales, de coimas a narcotraficantes, entre otras linduras. Tal como lo hicieron François Duvalier y posteriormente su hijo Jean-Claude Duvalier en Haití, un precedente local casi calcado por Maduro & Co.
También el de Zimbabue, más lejana, arroja luces de la forma cómo la ultraderecha en el poder crea hiperinflación, para exprimir los bolsillos de la gente, sobre todo la más pobre.
Maduro & Company crean hiperinflación cuando monetizan el déficit fiscal, obligando al BCV a emitir dinero sin respaldo alguno. Ese mecanismo empobrecedor del salario es la versión moderna de la ficha con la que los señores feudales pagaban la plebe para que compraran en las tiendas de los señores feudales a los precios por ellos establecidos, único lugar donde la ficha podía ser usada. Así es como Maduro & Company han depauperado el salario de los empleados públicos, que hoy son los más bajos del continente, y de los venezolanos en general y que según estudios recientes, sufrirán el peor deterioro en el mundo en 2017 ( Ver Los venezolanos tendrán la mayor pérdida del salario real en el mundo ). Ese mecanismo lo utilizó el gorila ultraderechista de Jorge Videla en Argentina entre 1976 y 1981. Y como Videla, también el grupete de Maduro oculta las cifras económicas oficiales o las falsifica.
En el año 2014, la juventud venezolana protestó enérgicamente durante meses las políticas de Maduro & Company, que no les permite soñar con un futuro próspero. Hoy los jóvenes, recién salidos como profesionales de alguna universidad no tienen posibilidad alguna de adquirir bienes, como un vehículo, vivienda, incluso un teléfono celular inteligente es un lujo inalcanzable. La represión del año 2014, la más brutal que se haya registrado en país alguno de América Latina en los últimos treinta años, dejó un saldo de 43 fallecidos y más de 2.200 jóvenes con medidas cautelares, como presentación periódica en tribunales y prohibición de salida del país, y que hoy todavía las tienen. Precedentes de casos similares los encontramos en el gorilato del propio Videla, el de Pinochet, el de Mugabe y por supuesto el de los Duvalier en Haití.
El gobierno de Maduro & Company mantiene más de 120 presos políticos en sus mazmorras, hombres y mujeres, alcaldes, diputados. Varios miles de venezolanos han ido al exilio. Millón y medio ha emigrado. El pasado mes de mayo, en su informe de gestión, Luis Almagro afirmó “No puede haber un régimen de izquierda con presos políticos. Sacaron completamente de la izquierda al gobierno de Venezuela. Toda la dinámica social del país se fue hacia el populismo facilista. El gobierno solo se está preocupando hoy de conseguir mecanismos para mantenerse en el poder“. Almagro no fue canciller en el gobierno de Trump o de Vicente Fox, sino en el de la leyenda de la izquierda latinoamericana Pepe Mujica. El currículum de izquierdista de Almagro parece un libro gordo al lado de cualquier tarjetica de trayectoria de Maduro & Company
La vena ultraderechista de Maduro & Company, la observamos también en el patrioterismo enfermante que despliegan. Colocan a Simón Bolívar en un altar icónico, falsificando la historia para elevarlo a nivel de deidad. Plantean hipotéticas guerras con países poderosos, pero ni siquiera por un día dejan de venderle petróleo, mientras asocian a empresas petroleras de esos países con Pdvsa, y además le entregan la venta y distribución de esos crudos. Una analogía de esas prácticas patrioteras las hallamos a finales de los años 60 en el gorilato del dictador brasileño Humberto Castelo Branco y sus asociaciones estatales bajo cuerda con empresas extranjeras en petróleo, azúcar y carne.
El ADN antiliberal de Maduro y su combo, también aflora al observar el carácter aristocrático de su oligarquía. Se otorgan privilegios impensables e inaceptables en cualquier sociedad moderna y liberal. Los hijos de Chávez, a razón de qué, siguen viviendo en la casona presidencial de Venezuela. Usan a miles de funcionarios públicos como guardia privada y personal doméstico. Usan vehículos y aviones del estado como propios. Gastan miles de dólares, como pocas personas pudientes en el mundo lo hacen, en alquiler de aviones privados para sus viajes al exterior. Hacen urbanizaciones ultraprivadas en Fuerte Tiuna, donde viven, con custodia y cuido a cargo militares.
Sólo abran los ojos y bajen el volumen del televisor. Vea como la ópera bufa de “izquierda”, pero muda, desnuda su carácter reaccionario. Sus modales y maneras, su vestimenta. La gordura de sus abdómenes. Y sobre todo la ausencia de resultados para toda la Nación que no sea más pobreza, miseria y represión
En Venezuela, la derecha está a la izquierda del gobierno de Maduro & Company. Acá, sólo un grupito de la oligarquía roja se ha favorecido.
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