“Sin apoyo militar no salimos de esta
dictadura ni recuperamos la democracia”. Padre Luis María Ugalde, S.J.
(1938- ), teólogo e historiador
jesuita venezolano nacido en España, ex
rector de la UCAB, Premio Nacional de Periodismo, Individuo de Número de
la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
La misma gente que no pudo convocar un
Referendo Revocatorio en 8 meses, porque “ya no hay tiempo este año”, ordena
recoger en 72 horas 6.111 millones de billetes de 100 bolívares, equivalentes
al 77% del circulante nacional.
¿Una locura? No, qué va! Es el regalo de
navidad de estos “grinch” sin Dios ni familia, que año tras año, nos amargan el
asueto con medidas locas que nos sacan de quicio y ponen a correr desesperados,
en lugar de estar montando nacimientos y pinos. Al finado le encantaba cambiar
las reglas Cadivi cuando todavía los venezolanos viajaban en sus vacaciones
navideñas al exterior. De repente, encontrabas que la tarjeta no pasaba, que la
paridad del dólar viajero había sido cambiada. El galáctico salía a darnos el
saludo de navidad anunciando un debito bancario o quitando los dólares
electrónicos.
La época navideña ha sido la favorita de
los revolucionarios para convulsionar al país con expropiaciones,
estatizaciones, inspecciones. Mientras tanto, los mensajes oficiales de
obligatoria transmisión por todos los medios, hablan de un país feliz cantando
aguinaldos. En estos tiempos, cuando el Nicolás venezolano no es santo, pero sí
voluminosamente rojo, una cuña nos enfurece: con fondo de parranda, una niñita
ordena “Prendan la luz que es Navidad”, cuando los venezolanos están en nueva
temporada de apagones sin programación ni respuestas. Esta gente evidentemente no se ha paseado por
las calles venezolanas a oscuras y sin ninguna decoración navideña pues las
alcaldías están quebradas (ellas viven de los impuestos de contribuyentes hoy
día pasando roncha), poquísimas casa se atrevieron a decorar su frente con
motivos navideños.
Esta navidad lo que hay es una mezcla de
indignación y ansiedad. Cuatro aumentos
de sueldos y salarios mientras se ahorca a los empleadores, la inflación
desbocada por unas reglas económicas inestables que producen desconfianza en
los mercados, un incremento sustancial de la crisis humanitaria por alimentos y
medicinas que es ignorada por el gobierno, crímenes horribles con el hampa de
su cuenta. Los movimientos en la política son desesperanzadores: pasamos de un
revocatorio a una mesa de diálogo, que hubiese sido excelente aprovechando la
mediación del Vaticano, si no se hubiese suspendido la agenda de calle y lucha
que exigían los venezolanos para presionar la salida del gobierno, como única
vía reconocida por propios y ajenos, para salir de esta crisis monumental.
Mientras Nicolás Maduro, una tragedia
histórica que jamás debió llegar a la presidencia de la república, este al
frente y apoyado por una cúpula militar que protege su prosperidad y
privilegios, Venezuela no saldrá de la crisis. Sentarse en una cadena nacional
con su “Yo ordeno” sin ton ni son, dictando medidas irracionales que perjudican
cada vez más al país, amparado en cuentos chinos de conspiraciones que no
existen sino en su miedo, es el acto de mayor irresponsabilidad visto en
nuestra accidentada historia. Ordenó recoger en 72 horas tal cantidad de
billetes, un día domingo, con lunes bancario por delante, con escasez de
efectivo en los bancos, con los puntos de venta colapsados (registran 11
millones de operaciones diarias en la última semana, cuando lo usual son entre
7 y 8 millones de operaciones diarias), en plena navidad, con los pensionados
cobrando, los empleados haciendo efectivo su bono navideño.
Tres días para recoger el billete de más
alta denominación, cuando en 2008 cuando el finado también cambio el cono por
ese bolívar “fuerte”, se dio un año para ir recogiendo las monedas y billetes
anteriores. Pero la sensatez no es una característica de los desesperados. La
razón que han dado indigna aún más: el presidente dice que le “quemaron en las
manos” con esta medida los billetes a los traficantes de moneda. Reverol, a
quien deberían darle el Nobel de Ciencia ficción, dice que “grandes cantidades
de dinero han salido a través de las ONG de la oposición pagadas por el
Departamento de Estado”.
Cerraron la frontera colombo-venezolana,
prohibieron los vuelos privados hasta el 14 de diciembre, según el presidente,
¡para que no traigan la ruma de billetes que tienen en el exterior! no sabemos
quiénes. Las mentiras tienen patas cortas y en este caso son totalmente mochas.
¿Quién caraj… quiere tener bolívares,
que valen menos que los de monopolio, en el exterior? Cuando la gente saca su
dinero, lo saca en dólares pagados a precios de mercado negro. En el primer día
de la medida, Reverol dijo que habían incautado en la frontera 104 millones en
billetes de 100. Y por esta miserable cantidad ponen el país en zozobra, en
colas gigantescas donde vemos a viejitos desesperados con bolsas de su dinerito
de la pensión, que sacaron en efectivo debido a la dificultad de los puntos. En
el primer día de cambio, las colas han sido brutales, la indignación crece por
las palabras del presidente que nuevamente en cadena el día lunes, ha dicho muy
sonreído que van a haber “premios, uno, dos, tres premios” a quienes usen las
transacciones electrónicas. Como dijo el Cardenal Baltazar Porras: “El gobierno
está de espaldas al país”.
Una operación de cambio de cono monetario
que en países civilizados se realiza sin colas ni inconvenientes, en plazos de
tiempo prudenciales, aquí se ha convertido en un operativo peligroso para
todos, con intervención de organismos de seguridad militares, con robos y
muertos en las puertas de los bancos, con inmensa inquietud entre los
ciudadanos y las empresas. La brutal toma de Kreysel, el mayor fabricante y
distribuidor de juguetes del país, y la subsiguiente declaración del presidente
y su sonrisita anunciando “Ya los niños tienen su Niño Jesús”, confirma este
negro período de un gobierno que no honra sus deudas con el sector privado y se
cree propietario de lo que roba. El anuncio de que las transnacionales P &
G y Colgate tendrán que dar la mitad de su producción a los CLAP solo significa
más escasez para el 83% de los venezolanos sin acceso a esa bolsa de miseria.
A nadie interesa ya ni la mesa de diálogo,
ni el juicio político, ni las controversias internas. Paso lo que muchos
anunciamos hace meses: los tiempos sociales rebasaron los tiempos políticos.
Como dijo Monseñor Diego Padrón: “La opinión pública ya revocó a Maduro”.
Charitorojas2010@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario