viernes, 4 de noviembre de 2016

Luis Eduardo Martínez: ¿Cuál diálogo?

Racionalmente entiendo que ante la probabilidad de una confrontación violenta en Venezuela, que inevitablemente puede terminar en muertes y destrucción, el dialogo es necesario.

Emocionalmente me cuesta mucho aceptarlo porque son tantas las señales que el gobierno, actor principalísimo en cualquier dialogo, emite de que no lo quiere que resulta ingenuo, por no decir estúpido, respaldarlo.

¿Quiere dialogo la burocracia oficialista que insulta, veja, persigue, atropella a quienes disienten de su visión caduca y fracasada?

¿Quieren diálogo los que se empeñan en mantener en prisión a decenas –entre ellos estudiantes- por el solo hecho de pensar distinto?

¿Aquellos que han caído tan bajo que hasta impiden a unos niños inocentes –los de Leopoldo- visitar a su padre de cuando en vez?.

¿Quiere dialogar la pentarquía gobernante que niega al pueblo la oportunidad de votar y democráticamente decidir cuál es el modelo de país que desea para sí y para el mañana?

¿Quieren dialogar los oficialistas que con su incapacidad y corruptelas han sumergido a Venezuela en la ruina generalizada mientras muchos exhiben fortunas groseras que no pueden justificar?

¿Cómo dialogar con los responsables que millones de venezolanos y venezolanas pasen hambre, con los que niegan incluso la apertura de un canal humanitario que permita la entrada inmediata de alimentos y medicinas a bajo costo?

¿Cómo se dialoga con aquellos que protegiendo a los hampones han convertido a nuestras ciudades en las más peligrosas del mundo y son culpables de miles de víctimas del malandraje que por lo menos toleran?

¿Qué se puede dialogar con los que quebraron los servicios públicos, el sistema de salud, pulverizaron el bolívar, multiplicaron el desempleo, dispararon los precios, empujaron a centenares de miles de jóvenes a marcharse del país?

¿Qué dialogar con los que una y otra vez se saltan la Constitución Nacional y tanta de la legislación vigente, qué desconocen al Poder Legislativo electo por una amplísima mayoría nacional?

Si hay dialogo que sea para que aquellos que usufructúan el poder para su propio beneficio se vayan, para precisar los mecanismos de su pronta salida en paz.

Si hay dialogo que sea para la inmediata restitución de la constitucionalidad, la conformación de un gobierno de transición y la implementación pronta de elecciones generales que permitan seleccionar nuevos gobernantes que de la mano del pueblo reconstruyan al país.

Si hay diálogo que sea para evitar una tragedia.

Si hay diálogo que sea para la inmediata liberación de los presos políticos, el regreso de los exiliados, el respeto a las leyes, la solución al desabastecimiento, la generación de confianza para el capital privado que permita inversión y empleos de calidad, para la atención de las urgencias y el combate con mano dura a la delincuencia.

Si hay diálogo que NO sea para que quienes sumergieron al país en esta dramática situación se queden; para tal jamás.

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