Ciertamente cuando la unidad democrática se sentó en la mesa de diálogo con el gobierno nacional por petición de El Vaticano, dudamos como todo el pueblo venezolano, de la disposición sincera de Nicolás Maduro para enmendar su confrontación y persecución contra la disidencia, y de acometer acciones para salir de esta soberana crisis donde nos metió la falsa revolución. Pero como demócratas y hombres de paz, accedimos a entablar conversaciones basados en varios puntos álgidos para la sociedad venezolana, en la búsqueda de salidas cónsonas al respecto.
Sin embargo, el pueblo venezolano ha sido testigo de excepción de la bipolaridad política de Nicolás Maduro y de sus voceros, porque la actitud hostil, violenta y amenazante no ha cesado a lo largo de estos días de supuesta tregua, todo lo contrario, vemos un Jefe de Estado disminuido, acomplejado, grotesco y vulgar, que valiéndose de esa investidura, arremete contra todo aquel que exige una salida inmediata y constitucional a este atolladero.
Esta actitud poco seria del Ejecutivo Frente al diálogo es motivo de preocupación para Acción Democrática, para los partidos que hacen vida en la MUD y para todo el pueblo venezolano, porque no han respetado las reglas del juego y han hecho caso omiso a las exigencias de la Santa Sede y demás organismos internacionales involucrados en este proceso de diálogo.
En Acción Democrática nos mantenemos dispuestos a continuar en esta mesa de diálogo, por respeto al El Vaticano y al pueblo venezolano, que merece una salida pacífica y constitucional a esta crisis política, económica y social por la que atravesamos, pero a la vez exigimos respeto por parte de Nicolás Maduro y sus voceros del alto gobierno, y lo más importante, queremos resultados concretos al respecto, para evitar así un estallido social de pronósticos incalculables que se podría fraguar en el país a corto plazo.
Hemos sido muy enfáticos en nuestro petitorio al gobierno nacional, y uno de los puntos innegociables es la realización de un cronograma electoral, porque en estos momentos de alta tensión social y política, la alternativa viable es la consulta al soberano a través del voto. De igual forma hemos solicitado la liberación de los presos y perseguidos políticos, la activación del canal humanitario, medidas económicas para salir de esta hambruna en la que nos metió este gobierno indolente, corrupto e ineficaz, y el respeto a la Constitución Nacional y a las instituciones de poder del Estado venezolano.
Pues bien, no se trata de ultimátum ni de medidas impropias, aquí lo que Venezuela quiere es que el gobierno de una fe de vida, de que tiene intención política para salir de esta crisis, porque no vamos a permitir que con tácticas dilatorias y manipulaciones, pretendan engañar al pueblo y alargar esta agonía que hoy vivimos.
No obstante, si el gobierno mantiene su actitud hostil e hipócrita con respecto al diálogo, no nos quedará otro camino que hacer uso de nuestros derechos constitucionales para reestablecer el hilo constitucional y el Estado de Derecho, pisoteados y secuestrados por el gobierno nacional. Esperamos que prive la sensatez y el país para poder mantener el diálogo y buscar salidas viables a la crisis política, económica y social que hacen mella en la sociedad venezolana.
Del lado del gobierno y del oficialismo, ha prevalecido la inmadurez política, la provocación social y el irrespeto a la Constitución Nacional, pero del lado de la unidad democrática ha privado la sensatez, la humildad y la disposición a trabajar en conjunto por una salida política a esta tragedia nacional, que no es otra que la sustitución de este modelo político por la vía electoral y constitucional.
Pero no se confundan, ni pretendan jugar con la Santa Sede y con el pueblo venezolano, porque el país está atento a esta situación, y no dudará ni un momento, en salir a las calles de Venezuela, a defender y rescatar la democracia.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
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