Se rayó -o lo rayaron-, Juan Vicente Torrealba en su afortunado, prolijo y saludable centenario. La narco dictadura no haya de que persona honorable colgarse para ver si vuelve a entrar en el corazón de cada ex venezolano. Dios bendiga a Juan Vicente Torrealba, es prudente no confundirse.
A todas estas, el folclore en Venezuela se vino a menos desde que millones eligieron este oprobioso camino en 1998.
¡Cuántos folcloristas brincaban de alegría por la llegada del finado felón!
¡Cuántos les compusieron y cantaron loas!
¿Qué será de la vida de Reinaldo Armas, Neguito Borjas, Carota Ñema y Tajá?
¡Cómo le tiraron a la democracia!
¿Recuerdas Reinaldo Armas cuando entonabas a todo pulmón "la simbiosis letal"?
¿Recuerdas Neguito Borjas cuando cantabas el Ratón Pérez?
¡Y como los aplaudían!
Hoy…., parece que se les marchitó la imaginación, el alma creadora. Ni chistan. ¿Será que les gusta el narco país, están en su zona de confort?
¡Qué valiente ha sido Rumi Olivo!
Muchos folcloristas pensaron que con la llegada de los “patriotas”, todos escucharían música llanera, expresión de la “macha venezolanidad”, ya no se oiría la “maldita música gringa”, tiempos de “resistencia cultural”, triunfo asegurado. El detalle es que, con el corazón nadie puede –solo Dios-. Ya no hay triunfadores, la revolución los enterró, junto al talento; si existe o queda algo es solo para cantar loas a los narco mandones.
Mientras se lucha sin tregua por la restitución de la libertad, la democracia, el respeto, sus principios y valores, el folclore está en cuarentena, será escuchado cuando la libertad triunfe, para que cada quien elija libremente la música que desea escuchar.
José O. Ceballos P.
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