domingo, 19 de febrero de 2017

Henry Ramos Allup: Sobre narcos y terroristas


El imperio se las trae y ha pasado de las acusaciones genéricas y torpes de declarar peligroso a todo un país, a las imputaciones con nombre y apellido que tocan lo más alto de éste pésimamente afamado régimen.

En este caso:

1) Ninguno de los señalamientos ha sido convincentemente desvirtuado por los acusados;

2) A diferencia de casos precedentes, la respuesta del gobierno ha sido alarmantemente tímida, no obstante que el principal imputado es el todopoderoso vicepresidente de la República;

3) Tutilimundi dentro y fuera del gobierno, dentro y fuera de Venezuela, cree que las acusaciones son ciertas;

4) El caso no aparece de repente sino que es la continuación de otros que involucran a militares y civiles de alto rango todos defendidos y ascendidos por el régimen en señal de reto después de haber sido acusados.

Este reventón es consecuencia de las delaciones de eméritos especímenes de la revolución que una vez echados de la pandilla y privados del botín (Walid Makled, Aponte Aponte, Isea, Leamsy Salazar, García Plaza y otros roedores) decidieron pedir perdón y protección en el imperio a cambio de echar el cuento hasta donde lo conocen. Además de los que delatan en el imperio hay otros que soterradamente lo hacen desde aquí por venganza en un ajuste de cuentas en la lucha de poder porque a su vez fueron delatados: Diosdado Cabello devolviéndosela a Tareck El Aissami.

Lo demás, como constatar hechos, cantidades y demás pruebas de los delitos resulta relativamente fácil para los aparatos de inteligencia expertos y sofisticados de los países desarrollados. No necesitan sembrar nada si la cosecha esta ahí al alcance de la mano. Antes de la denuncia por narcóticos contra el vicepresidente, se produjo la de los pasaportes venezolanos incautados en manos de terroristas islámicos. Y aquí la pestilencia es tal que todo el mundo sabe donde esta la pudrición. Los chillidos y cotorreo de la cancillera lo que han hecho es enredar más al incriminado.

Hay otras cosas notables: el testaferrísimo Samarck López, es definido por sus conocidos como un avispado que en poquísimos años pasó de ser asistente parlamentario de un diputado chavista a director de planificación de la gobernación de Mérida a frontis de todas las operaciones milmillonarias en dólares de compras de medios de comunicación social.

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Al margen de las pruebas, la sociedad El Aissami-Samarck la denunciaron quienes se vieron obligados a vender sus medios de comunicación y la reiteran quienes siguen bajo acoso para que los vendan. Por cierto, y esta es otra prueba, que algunas operaciones de compra de medios se cayeron cuando los vendedores le exigieron a Samarck que certificara el origen lícito de los fondos con los que compraba, tal cual estaban exigiendo los bancos extranjero para recibir los depósitos.

El Departamento del Tesoro identificó detalladamente 13 compañías de Samarck López que operan unas en Venezuela y otras en el exterior y todas tienen la particularidad de tener como único cliente al Estado venezolano en negocios de petróleo y alimentos. El Departamento del Tesoro dice que incautó a El Aissami y Samarck “bienes inmuebles y depósitos por varios miles de millones de dólares provenientes del narcotráfico. Ante este golpe letal las respuestas del vicepresidente y su socio Samarck han sido de un escandaloso tono menor. El vicepresidente apenas puso un tuiter mientras el socio farfulla explicaciones chimbas.

Otra cosa extraña: ¿por qué estos prósperos revolucionarios no guardaron sus ahorros en Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Corea del Norte, Rusia, Bielorrusia o Irán sino que fueron a colocarlos en el detestado imperio?

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