Cuando el Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, habla como alto vocero del PSUV, y grita a los cuatro vientos apoyo irrestricto al gobierno de Nicolás Maduro, no sólo se convierte en principal cómplice de todos los actos de violencia que a diario se vienen suscitando en el país, en contra del pueblo y de la dirigencia de la unidad democrática, sino que su discurso político y no institucional, enardece a sus ahijados y subalternos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, quienes murmuran molestos porque ellos y sus familias, también llevan vaina por la situación económica, social y política del país.
Un ministro de la Defensa en toda nación es para resguardar la soberania de sus naciones y para estar del lado de sus pueblos, pero en Venezuela, esta desgracia mal llamada revolución, invirtió todos los roles de estos altos funcionarios militares, especialmente del actual que tenemos, a quien le han dado responsabilidades no cónsonas con su papel frente a la historia, y que éste de manera arrastada las ha asumido, dejando la defensa de la patria a un lado y a la deriva, porque al parecer para Padrino López, su prioridad es; aplaudir las acciones y discursos enfermizos de Nicolás Maduro, al mejor estilo de las focas y con el agua al cuello, y “cuidar” la distribución de cuatro camiones de pollo, azúcar, café, papel sanitario o mantequilla, y que por cierto no llegan a su consumidor final que debería ser el pueblo, porque son desviados en el camino.
No obstante, Padrino López se rasga las vestiduras y habla a nombre de la FANB, y eso aparte de ser una usurpación de la expresión y la voluntad de la mayoría castrense, representa una gran mentira, porque las tropas, personal medio, administrativo, profesional y obrero de este componente de la Defensa de la Nación, están obstinados y hartos de una política populista que se ha enquistado en la cúpula militar, y que destrozó la meritocracia, y cada día la vida en los cuarteles es pésima, porque a estos venezolanos, también les niegan las tres papas resueltas como hablamos en el argot venezolano, y los ponen a comer monte, mientras sus jefes disfrutan de las mieles de la buena vida y la opulencia, a cambio de ponerse una venda en los ojos, y estar de parte de unos delincuentes que saquearon al país, y alteraron el orden constitucional de Venezuela.
Pues bien, es menester que Padrino López reflexione y recuerde que su misión es estar del lado del pueblo y de lo establecido en la Constitución Nacional, y que de actuar de manera contraria, y favoreciendo um gobierno corrupto, inepto, tramposo, violento y mañoso, es cómplice y también podrá ser juzgado por delitos de lesa humanidad. Aquí es muy válido traer a colación el pensamiento de Simón Bolívar, un prócer que la revolución ha mal utilizado a conveniencia y para justificar muchas de sus incoherencias. “Maldito el soldado que empuña sus armas contra su pueblo”.
Para nadie es un secreto que la pelea a cuchillo en el seno del PSUV es brutal, y es que a sabiendas de que Nicolás Maduro saldrá de la presidencia de la República más temprano que tarde, varios de los maniquíes del oficialismo, se disputan una eventual vicepresidencia, y en ese lote está precisamente el General Vladimir Padrino López. Entonces, si esto es así, que cuelgue el uniforme verde oliva, que por cierto le ha quedado grande, y que salga del clóset político, y que se ponga su boina y su franela roja con los ojos de Chávez y le diga al país, cuáles son sus verdaderas intenciones.
Llegó la hora de hablar claro, sin tapujos, sin mentiras y sin hipocresía. Padrino López está muy solo en respaldo dentro de la FANB, porque cada día son más los militares honestos, correcto y defensores de la patria, que manifestan su descontento por este gobierno que nos llevó a la ruína, y donde su jefe es también responsable de esta tragedia. Aquí se acabó el miedo, y los cuarteles son un reflejo del descontento y de la profunda arrechera que reina en el país. No se equivoque Padrino López, porque la Diana del Silencio, le puede retumbar en el oído y obstruirle el tímpano, por haber sido sordo y por haberse negado a escuchar al pueblo y a sus cuarteles.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
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