domingo, 8 de abril de 2018

Venezolana “limpiadora de pocetas” le da tremenda enjabonada a Maduro con esta “carta abierta”. ADelante!

Nicolás Maduro todavía está sintiendo los coletazos de aquel desafortunado comentario que hizo hace días sobre los venezolanos que se van al exterior a limpiar pocetas. Sus palabras desataron una ola de repudio que aún se bate con fuerza en las redes sociales. Ser tan deslenguado siempre le ha salido bastante caro.

Son muchas las cosas que los venezolanos en el exterior no le perdonan (ni le perdonarán jamás) a Maduro: el doloroso desarraigo, la exilio obligado, el hambre, las carencias, las familias rotas, el trabajo hereje que han pasado en otra latitudes, la indolencia, las burlas, las humillaciones y un largo etcétera.

A la redacción de Maduradas llegó un texto firmado por Pilar Otaiza, una venezolana que se llama a sí misma “limpiadora de pocetas”, un oficio que desempeñó a su llegada a Estados Unidos y que le permitió abrirse caminos fuera de su país, así como también apoyar a su familia, amigos y necesitados.

Quizás una de las partes más contundentes y valiosas de su “carta abierta a Maduro” es motivo de orgullo para muchos y, a su vez, una gran bofetada para Maduro: “Hoy muchos países del mundo tienen grandes limpiadores de pocetas altamente calificados porque se formaron en las universidades venezolanas“.

A continuación, reproducimos íntegra esta “carta abierta”:

Me tome mi tiempo para responderle como venezolana en el exilio, como ser humano, hija, hermana, tía, amiga y más.

Llegue a USA con una gran maleta de incertidumbres.

LIMPIAR POCETAS fue y es una de las formas que esas incertidumbres fueron bajando.

Hoy más que nunca bendigo el cepillo, los químicos, mis guantes y todos los implementos que utilizo para hacerlo.

Usted dirá “¿por qué?”. Pues sencillo, porque con cada POCETA que he limpiado he podido ayudar a mi familia en mi Venezuela bendita, caray.

He apoyado para que puedan tener eventualmente un plato de comida digno. O para que una amiga se pueda operar o enviar una caja de verduras a una familia para alegrar sus vidas.

Me siento muy orgullosa de ser una venezolana que, con títulos universitarios y con mucho ahínco, serenidad, elegancia, humildad y más, he limpiado y sigo limpiando pocetas en este país bendito que me ha dado la oportunidad de seguir viviendo con dignidad.

Limpiar POCETAS, señor presidente de Venezuela, me ha servido también para colocar en ese cepillo la rabia e impotencia de ver a los niños transplantados o con cáncer morir.

Ese cepillo me ha servido para limpiar a su vez con mis lágrimas el dolor que me produjo el saber las condiciones en las cuales están los enfermos venezolanos, entre ellos mi padre, en sus últimos días de existencia.

Han sido muchas horas de limpieza, señor presidente, que me han conectado con mi dignidad y perseverancia.

Después de muchos años pude ir a Tijuana, México, a dictar una conferencia y recuerdo bien clarito que mis primeras palabras fueron: Soy orgullosamente venezolana, resido en el otro lado de la frontera y me he ganado la vida limpiando POCETAS. Así que soy como cualquiera de ustedes… Y no sabe usted cómo esa presentación me abrió muchas puertas hasta la de los medios de comunicación de ese otro gran país.

Señor presidente de Venezuela, hoy me gano la vida de otra manera, ejerciendo profesionalmente, haciendo aquello por lo que siento pasión: servir a los demás y ser guía de almas.

Pero aun así me siento muy orgullosa de limpiar personalmente la POCETA que usan las participantes del Grupo Triangulando con Pilar Otaiza cada jueves. Cocinar para ellas y limpiar el piso por donde caminan. Pues eso me recuerda de dónde vengo y es siempre un cable a tierra. Así que limpiar POCETAS hasta terapéutico es.

Sabe usted, señor presidente de Venezuela, ¿por qué? Sencillo, en un hogar venezolano aprendí que el trabajo que realizamos siempre nos dignificará…y mi vieja querida siempre me dijo sin sospechar ni un segundo los giros que daría la historia de Venezuela: PILAR CELINA, SI VAS A SER BARRENDERA, ASEGÚRATE DE ESTAR ENTRE LAS MEJORES….”.

HOY MUCHOS PAÍSES DEL MUNDO TIENEN GRANDES LIMPIADORES DE POCETAS ALTAMENTE CALIFICADOS, PORQUE SE FORMARON EN LAS UNIVERSIDADES VENEZOLANAS.

Me despido desde esta otra parte del mundo, señor presidente de Venezuela.

No podre hacerlo dejándole un abrazo que le arrope el alma porque usted, por no limpiar pocetas; la perdió.

Maduradas

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