sábado, 7 de abril de 2018

“Maduro no sabe lo que cuesta limpiar pocetas” - Elizabeth Fuentes

Caracas, 4 de abril.- Me encantaría haber visto la expresión de quienes limpian las pocetas de Miraflores -o del Fuerte Tiuna, o de donde sea que habite el presidente Nicolás Maduro-, cuando le escucharon burlándose de su trabajo y, mejor aún, cuando se enteraron de que en Miami podrían hacer lo mismo pero con pago en dólares.


Limpieza que esos trabajadores deben hacer estricta y diariamente para deshacerse de las huellas de la digestión presidencial porque, como evidencia la talla XXL del presidente, este señor come y merienda completo, según hemos visto en cadena nacional, donde se ha despachado una que otra empanada frente a un país hambriento, probablemente para poder mantenerse en pie hasta la cena.

Pero si hurgamos un poco más en su broma pesada, lo que inicialmente lanzó como otra de sus gracias -“Los venezolanos están limpiando pocetas en Miami…yo no iría a limpiar pocetas por el amor a mi patria y bla bla bla”-, no solo se le ha convertido en una andanada de respuestas agresivas sobre su ignorancia por el valor del trabajo y todos los lugares comunes posibles sobre el tema (el trabajo honra, sinvergüenzas son los reposeros. etc), sino que nos ha obligado a sacarle una cuenta que obviamente desconoce.

A ver: según la información más reciente del Departamento de Estadísticas de Empleo de Estados Unidos, “los empleados de la limpieza obtuvieron ingresos medios de 19.300 dólares al año, a un costo promedio de 11,31 dólares por hora…En Florida, el salario de una empleada de limpieza oscila entre 8.18 y 18.15 dólares por hora”.

Entonces, mediante una operación simple de multiplicación, si alguien gana 8,18 dolares por hora y trabaja cinco horas al día, por decir algo, pues la ganancia final sería de 900 dólares mensuales. Que en Estados Unidos suena poco, pero traducidos a bolívares se transforman nada menos que en 180 millones de bolívares al mes, al menos al precio de hoy.

Y entonces, señor presidente, basta con que un limpiapocetas desde Miami le envíe a su familia en Venezuela cien dólares mensuales para que todos puedan vivir mejor que cualquier profesor universitario o un médico del Clínico e incluso un militar de poca monta, quienes no solo tienen un sueldo miserable sino que deben encarar el resto de la basura que ha dejado regada este gobierno por los cuatro costados- delincuencia, desabastecimiento, escasez de medicinas, hospitales y escuelas en el suelo-, sin que nadie del chavismo,vivo o muerto, haya sido capaz de limpiar semejante porquería.

Porque, como el chiste de Jacqueline Farias y su limpieza del Guaire, la élite del poder está demasiada ocupada realizando transacciones financieras de alto calibre como para distraerse en asear no solo El Guaire sino el país completo. Demasiado ocupados buscando que algún banco del planeta les esconda el dinero sucio extraído del erario público, dinero que pertenece a todos los venezolanos, incluidos los que limpian pocetas aquí y en Miami, pero la “ética revolucionaria” de quienes lavan dinero en la banca suiza o panameña, desprecian y mira con asco.

Quizá algunos deberían pasearse por la cárcel en Houston donde está condenado Roberto Rincón, a ver si el antiguo multimillonario chavista – se embolsilló más de mil millones de dólares en corrupción ligada a Pdvsa-, tiene entre sus tareas limpiar la poceta de la mínima prisión que ocupa luego de haber habitado una mansión que incluía un cine, una peluquería y, vaya ironía, nada menos que siete baños.

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