23 de septiembre 2016 - 12:01 am
Ya cansado de buscarle explicaciones políticas al empeño de algunos supuestos opositores por atacar la política exitosa de la MUD, he comenzado a hurgar en las ciencias de la conducta a ver si encuentro alguna razón a estos desatinos, aún infructuosos, pero que dejan a cualquiera estupefacto.
En algunos textos de psiquiatría he encontrado algunas explicaciones a una fobia recurrente en algunas personas que dicen ser opositoras que puede llegar a explicar esas conductas que atacan, cuando deberían estar apoyando, una política que ha puesto a temblar al régimen. Es que no alcanzo a entender cómo después de haber ganado abrumadoramente las elecciones parlamentarias y movilizado más de un millón de personas, en la mayor demostración de fuerza que se tenga memoria en la oposición al gobierno, hete aquí que ha comenzado una feroz crítica contra los vencedores de estos eventos: de parte del gobierno, obviamente; pero en parte de la oposición también, y eso sí se hace imposible de comprender.
Al investigar un poco el escabroso tema me he percatado de que los psiquiatras coinciden en la existencia de una patología que llaman “miedo al éxito”, la cual es una condición psicológica caracterizada porque el individuo, ante la posibilidad de alcanzar el éxito en una área determinada, realiza esfuerzos, conscientemente o no, por arruinar dicha posibilidad. Ese comportamiento está frecuentemente asociado a la baja autoestima o el miedo indirecto a los efectos que implican el éxito. Y en tal sentido no es capaz de conservar el estado de éxito, paradójicamente, por tenerle miedo al fracaso, por tenerle miedo al rechazo de la comunidad a causa del éxito. Esto, sin lugar a dudas, no es otra cosa que tener un sentimiento de inferioridad o falta de autoconfianza.
Como no soy especialista en el tema seguí hurgando un poco más en los libros de esta ciencia y me encontré con la caracterización de un sujeto que definitivamente podría ser la tipología de lo que podríamos denominar “El Hombre o Mujer Anti-MUD”. Me explica un profesor amigo, quien sí es especialista en el asunto, que es cierta la existencia de dicha patología. Él me relata que la mente es muy compleja porque el ser humano no sólo puede tener miedo de las cosas malas, sino también de las cosas buenas. El éxito, por ejemplo, en más de una ocasión produce sensación de vértigo. El miedo al éxito lo puede experimentar cualquier persona en algún momento de su vida, y suele tener como consecuencia el autoboicot, una actitud que le impedirá prosperar y alcanzar sus objetivos.
El autoboicot, como lo indica la palabra, consiste en boicotearse y ponerse trabas a uno mismo, creer firmemente que no seremos capaces de alcanzar nuestros deseos en cualquier aspecto de la vida: laboral, afectivo, académico, familiar… político. Es como un círculo del que la persona no sabe cómo salir porque, además, tropieza una y mil veces con la misma piedra. El miedo forma parte de la condición humana, es como un ancla que nos invita a permanecer cómodos en nuestra situación. Sin embargo, es importante saber escuchar esa emoción para actuar a pesar de todo. De lo contrario, no avanzaríamos en la vida, y no tendríamos nuevas experiencias que nos ayudaran a crecer como personas.
En esencia se trata de un temor que se basa en el miedo al cambio: está claro que el éxito también conlleva cambios importantes en la vida del sujeto, le hace salir de su área de confort y de seguridad (del terreno conocido). Es un miedo a salirse, por ejemplo –me sigue explicando el psiquiatra amigo– de alguna zona de confort aquí o en el exterior, con aire acondicionado, maraqueando un buen scotch y fumando puros, pues, de tener éxito la política de los que arriesgan el pellejo aquí no podrían continuar con sus diletantes elucubraciones.
Aunque constituya otra paradoja con la que debe luchar la MUD, debemos derrotar esas conductas derrotistas de temor al éxito, montar a sus cultores en el carro del triunfo, a juro, aunque vayan llorando, pues también harán falta…aunque sean a pain in the ass… como dirían en “el imperio mesmo”.
Aunque mi amigo psiquiatra me advertía que la fobia o miedo al éxito también tiene otro correlato que se llama “envidia”. Ah, pero ese tema requiere un tratado de varios volúmenes y aquí no hay conocimientos ni espacio para estudios tan profundos.
Antonio Ecarri Bolívar
Vicepresidente de Acción Democrática
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