Antonio Pinto Salinas
Nació en la cordillera andina, en el fundo rural de su familia, muy cerca de Santa Cruz de Mora, Municipio Tovar del Estado Mérida. Su familia eran campesinos, quienes con mucho sacrificio habían logrado adquirir una finca cafetera llamada Cumbre de Pinto, donde transcurrieron sus primeros años. Al terminar la escuela con excelentes notas ingresa al Seminario Diocesano de Mérida donde cursa dos años, después en Caracas y en Pamplona, Colombia.
Al obtener el Diploma de Bachiller en Filosofía, la Iglesia lo selecciona por sus altas notas a estudiar Teología en el Colegio Pío Latino de Roma. Sin embargo, inicia un proceso de duda y contradicciones pues despierta en él un fuerte deseo de ayudar al prójimo y una sensibilidad social por la situación que vivía la Venezuela semi-rural de su época. A la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, Antonio forma parte de la juventud venezolana que anhela aires de libertad y democracia.
Antonio emprende la vida de estudiante nuevamente pero lo hace en Bogotá donde tenía posibilidades regresando a Venezuela en 1939, cuando las organizaciones políticas están siendo prohibidas y perseguidas. Se incorpora al Partido Democrático Nacional, pues con su programa Nacionalista, anti-imperialista y antifeudal se identifica plenamente. Cuando este movimiento evoluciona hacia el Partido Acción Democrática, Antonio Pinto es uno de los organizadores y un cuadro del colectivo. En 1941, Antonio estudia Economía en la Universidad Central de Venezuela, escribe poemas y cumple funciones de líder popular apoyado en sus dotes como periodista.
En 1943, gana el concurso nacional promovido por el semanario Fantoches con un trabajo titulado Se nos murió Gumersindo. Antonio participa en el derrocamiento del general Isaías Medina Angarita. Se consolida en el gobierno de Rómulo Gallegos, pero cuando éste cae, pasa a integrar el primer comité clandestino que organiza Acción Democrática. Estando solicitado, es el orador en el Cementerio General del Sur, ante los restos del comandante Mario Ricardo Vargas en 1950. En ese momento es detenido por funcionarios de la Dirección de Seguridad Nacional quienes lo expulsan hacia la República de Ecuador, donde primero se instala en Quito y luego en Guayaquil, integrando los comités en el exilio de los Socialdemócratas venezolanos. Angustiado por la situación de Acción Democrática en Venezuela, regresa clandestinamente en mayo de 1951, y pasa a Falcón a formar células y grupos a través de su gestión de periodismo y activismo político. Posteriormente pasa al centro del país y a Caracas.
A la muerte de Cástor Nieves Ríos y de Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevali pasa a asumir la Secretaria General de AD. En estos meses, Antonio mantiene estrechas relaciones con Wilfrido Omaña quien va a caer asesinado por la SN en febrero de 1953. A la muerte de Carnevali, es Antonio quien lleva el peso de la Secretaria General del partido, por eso se acentúa la persecución de la dictadura contra él.
La dirección clandestina decide sacarlo de Venezuela para salvar su vida. La ruta sería hacia Oriente, embarcarlo en Güiria hacia la isla de Trinidad para hacerlo llegar a Costa Rica donde se reuniría con los demás compañeros del exilio. Sin embargo, un infiltrado en AD, se dirige a la Seguridad Nacional y le entrega los detalles del escape a Pedro Estrada. Este infiltrado, Gustavo Mascareño, le da ruta, placa del vehículo, nombre de los acompañantes, todo lo necesario para que Pinto Salinas fuera detenido, como en efecto ocurre, el mediodía del 10 de junio de 1953, por una comisión de la Dirección de Seguridad Nacional integrada pr Isidro Marrero Méndez, Braulio Barreto, Rodolfo Montiel, Ángel Roberto Díaz y Luis Castillo Lozada quienes lo llevan a las oficinas de la SN en El Tigre.
A la 1:30 de la madrugada del 11 de junio, sale la comisión de Valle de La Pascua y en plena carretera el vehículo se estaciona por órdenes del agente Isidro Marrero Méndez, salen hacia los arbustos al margen de la carretera y le dispara una ráfaga de ametralladora al Licenciado Pinto Salinas.
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