martes, 29 de mayo de 2018

La mafia de los militares extorsiona a los venezolanos en el aeropuerto internacional de Caracas - GABRIELA PONTE

El procedimiento para revisar el equipaje obliga a los viajeros a llegar con tres o cuatro horas de antelación al vuelo


Sofía Guerra, 26 años, llegó ayer a Madrid después de un largo viaje de ocho horas desde Caracas. La última vez que salió del país fue el año pasado cuando fue a Estados Unidos y no recuerda haber sufrido un control tan intenso y abusivo por parte de los militares en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía. 

Guerra es de los pocas venezolanos que ha logrado obtener, en una batalla titánica contra el Saime (el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería), la prórroga del pasaporte que da el Gobierno de Maduro a aquellos que se les haya vencido, ya que no hay recursos para imprimir los nuevos documentos.

«A dónde vas, quién te espera allá, quién te pagó el pasaje, tu te pagaste el pasaje y en qué trabajas, cuánto dinero ganas, por qué tienes una maleta tan grande, por qué llevas tanta ropa para 15 días, cómo conseguiste los dólares si hay control de cambio», eran las preguntas que realizaba el militar en el primer punto de control ubicado en la entrada de los mostradores de la aerolínea Estelar.

Desde hace poco más de un año, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tomó por completo el recinto aéreo. La mafia militar ahora es la encargada de controlar, revisar y organizar a los pasajeros que se disponen a salir del país. El procedimiento obliga a los viajeros a llegar con tres o cuatro horas de antelación al vuelo. Sin embargo, este «control» termina siendo un acto de extorsión, chantaje y, en algunos casos, hasta de hurto de objetos de valor.

Daniel Isturiz, 44 años, pasajero de la misma aerolínea. “Si te ven dólares o euros en la cartera tienes que tener cuidado porque quieren quitártelos con a excusa del control cambiario”, señaló.
Puntos de control

Los venezolanos describen el hecho de salir o entrar al país como «una verdadera tortura». Sobre todo, se alarman en el segundo punto de control de la GNB en el aeropuerto donde le piden a los pasajeros colocar el equipaje sobre una mesa para proceder a revisarlo. «Te sacan todo de la maleta para ver que llevas dentro. Mientras un militar te vuelve a interrogar, el otro está revolviendo la ropa. Hay que estar muy pendiente de sus manos para que no te roben nada», comentó Daniel Isturiz, 44 años, pasajero de la misma aerolínea. «Si te ven dólares o euros en la cartera tienes que tener cuidado porque quieren quitártelos con a excusa del control cambiario», señaló.

A Alicia Tosta, 57 años, le hicieron la respectiva requisa y en el procedimiento le extrajeron un reloj. «Uno me hablaba buscando información mientras el otro revisaba. No puedes reclamar porque te da miedo que te retengan y no te dejen abordar el vuelo», explicó con rabia. La venezolana comenta que cuando viajas sola, como en su caso, los militares son mas invasivos que con los grupos familiares.

Una vez la Guardia ha dado el visto bueno, coloca un precinto de seguridad de color azul que indica a las autoridades que ya revisaron el equipaje y así no lo vuelven a abrir cuando pasa por el escáner. Después de pasar por los dos puntos de control de los militares, las personas tienen acceso a los mostradores de la aerolínea en donde realizan el procedimiento habitual para registrarse.

Detención de militares

Toda la zona del Aeropuerto Internacional de Maiquetía de Venezuela está militarizada. Actualmente operan tan solo 16 aerolíneas que en su mayoría tienen un solo vuelo al día. Con tan pocas salidas internacionales, la Guardia Nacional controla muy bien el perímetro, así que cuando intenta extorsionar a los pasajeros lo hacen con mucha prudencia.

El último caso conocido de detención de militares por extorsión fue el pasado mes de diciembre, cuando detuvieron a cuatro funcionarios de la GNB y a un policía después de que un comerciante alegó que le quitaron 400 dólares y 200 euros, según el portal digital Efecto Cocuyo. Durante la revisión encontraron 400 dólares y 50 euros en el calcetín del sargento primero Wilmer Parra Flores, mientras que a Henssy Mendoza Martínez, funcionario policial, le cogieron con 150 euros en su billetera. La Fiscalía 9° del estado Vargas acusó a los militares de ser los coautores del crimen.


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