Con el nombre de Santiago de los Caballeros de Mérida fue nombrada por los españoles la ciudad. El primer intento de penetración a la región merideña fue en 1534 con una expedición conducida por los Welser.
“El Cabildo de Pamplona envió al capitán Juan Rodríguez Suárez para que descubra y explore nuevas minas. No obstante, este, rebasando las tareas que le habían comisionado, penetró el Valle de Cúcuta hasta alcanzar el Valle de Mocotíes y, finalmente, arribar al Valle del Chama, donde encuentró una importante población indígena llamada Jamú (actualmente San Juan de Lagunillas), donde fundó por primera vez la ciudad de Mérida
Posteriormente, fue removida hasta el sitio denominado La Punta (hoy en día La Parroquia), el cual tenía un clima más benigno para los europeos y era un lugar más estratégico para defenderse de los ataques indígenas (Bastidas, 1996). Más tarde, a causa de los enemigos que Rodríguez Suárez había acumulado dentro de las filas de los conquistadores y por ciertas irregularidades administrativas que tenía pendiente en la Nueva Granada, la Real Audiencia de Santa Fe dispuso apresarlo y desconocer su autoridad. Lo sustituyó el capitán Juan de Maldonado, trasladando de nuevo la ciudad de Mérida al lugar que ocupa hoy en día: el centro de una altiplanicie frente a la sierra nevada”.
A partir de allí se ha construido una ciudad hermosa. Ecléctica. De la mano con la Universidad de Los Andes que le ha dado vida a una relación única, donde se le ha permitido a los merideños recibir a ciudadanos del mundo y del país, quienes con sus sueños de estudiantes han dado un híbrido de progreso a este territorio andino.
La ciudad de Mérida conserva tradiciones deportivas, entre ellas, el equipo Estudiantes de Mérida, que a sus 47 años de fundado sigue generando a la merideñidad pasión por el rojiblanco.
Cuenta con la tradicional Feria Internacional del Sol, evento denominado el Carnaval Taurino de América, que reúne a propios y visitantes al disfrute de la hospitalidad, paisajes y gastronomía.
Lugares únicos como el Sistema Teleférico, plazas que respiran cobijos como Las Heroínas, Glorias Patrias , Sucre y Rivas Dávila, entre otras.
Innumerables sitios y tradiciones hay por describir de esta generosa ciudad, que con sus calles estrechas ha acogido miles de sueños, pero que, ante todo, no doblega sus principios de amabilidad, tradición y autoridad.
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