La marcha hoy tuvo una particularidad. Que narraré como la vi, con su inicio desde el final. Al cabo del recorrido oficial programado por la MUD, hubo los discursos de rigor. Los diputados hicieron esfuerzo por culminar en Parque Cristal la movilización como se había pautado. Gritaron, hablaron desde el camión de sonido pagado por ellos, Pizarro explicó que la lucha es por elecciones… Pero la gente siguió. Los dejó hablando solos. No unos pocos, no. Fue la inmensa y aplastante mayoría. Les mando fotos aquí para que vean a la gente. La gente siguió, gritando fuera la dictadura y sin oírles más.
Al cabo de unos minutos y ya tomando Bello Campo hacia la autopista, comenzó un silencio. Iban unos miles de venezolanos en silencio sepulcral. Como quien sabe que va a una batalla que va a perder pero que debe enfrentar. La gente siguió por la autopista… Siguió, asumiendo el liderazgo de los muchachos de la Resistencia… La gente tomó la autopista con una tranquilidad y firmeza pasmosas.
Hablé con un papá y una mamá, de al menos 60 años, que me contaban que su hijo estaba en la punta de la vanguardia. Ya van llegando a Banesco en Bello Monte, me dijeron. Y me explicaron que él (su hijo) los protegería y devolvería lacrimógenas. Ellos me dijeron, como si cualquier cosa mientras iban caminando en esta extraña procesión, que todo sería el 19 de abril. Que ésta era eso, solo una batalla. Que no son elecciones. Que para ellos el asunto no es eso. Que es Venezuela.
De pronto, una nube espesa de humo lacrimógeno nos alcanzó. Se oían las ráfagas de disparos de las escopetas de la GNB. Pero la gente caminaba. Algunos gritaban “Calma, con calma”. Pero la gente caminaba. Iban pensando quizás en una próxima batalla. No sé… El humo era espeso y fuerte. Cegaba y asfixiaba. Pero la gente seguía caminando aún sabiendo a los GNB a unos poco pasos. “Ahí están los muchachos, resistiendo, no los dejemos solos”, gritaron. Y la gente se detuvo.
Al cabo de unos minutos, poco a poco, lo que había sido una marcha, se disolvió… La lluvia se repitió nuevamente, pertinaz. Así viví al pueblo de Caracas este 13 de abril. En rebelión. Pero en una rebelión de todo. Por todo. Contra todo. Y con una serenidad impresionante que me hizo tener confianza en eso, en los poderes creadores del pueblo que está ya convencido de que el asunto es salir de la dictadura…
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