sábado, 18 de marzo de 2017

Don Rómulo Betancourt y la Generación del 28 - Dr. José E. Machado

Disertación Magistral del compañero Dr. JOSÉ E. MACHADO, ilustre bastión acciondemocratista de huella indiscutible en el ámbito médico y político merideño, presentado como Discurso de Apertura el Pasado 22 de Febrero 2017 en el Foro celebrado en Colegio de Médicos del Estado Mérida y organizado por el Comité Ejecutivo Seccional Mérida de Acción Democrática, en homenaje al COMPAÑERO DON RÓMULO BETANCOURT, en el marco de la semana de actividades para conmemorar los 109 años del nacimiento de nuestro compañero fundador.




Don Rómulo Betancourt y la Generación del 28.
Dr. José Enrique Machado Hurtado



Quiero antes de todo dar mis más expresivas y sinceras gracias, a quienes pensaron y plantearon mi nombre, para hacer una disertación sobre la Generación del 28 y el papel que jugó nuestro máximo líder político, Don Rómulo Ernesto Betancourt Bello, en dicho proceso generacional.

Con el nombre de Generación del 28, se identifica al grupo de universitarios que protagonizaron en el Carnaval caraqueño de 1928, un movimiento de carácter académico y estudiantil que culminó, por diversas vías, en un enfrentamiento con el régimen dictatorial del General Juan Vicente Gómez. Lo que fue inicialmente un proyecto restringido al ámbito de la Universidad, se transformo en una propuesta destinada a la modificación del régimen político y a un cambio en los fundamentos de la sociedad y la cultura venezolana.

Ya en un primer momento, jóvenes ingresados en la Universidad Central de Venezuela entre 1923 y 1925, reconstituyen los organismos de representación inmediata, es decir, los Centros adscritos a las Facultades de Medicina, Derecho e Ingeniería. Luego promueven, la reconstitución de la Federación de Estudiantes de Venezuela, organismo coordinador de los Centros y su máxima representación, hasta entonces suspendida por una disposición que databa del Gobierno del General Cipriano Castro. Destacan como organizadores en esta nueva etapa: Jacinto Fombona Pachano, su primer Presidente; Raúl Leoni, su segundo Presidente; Elías Benarroch, Isaac Pardo, Miguel Otero Silva, Juan José Palacios, José Tomas Jiménez y Rafael Enrique Chirinos, movidos por la penuria de actividades culturales, efectúan ciclos de conferencias, que apoyan con interés el Rector Diego Carbonell y fundan la revista “La Universidad”, vocero de corta trayectoria. Influenciados por la lectura de “Residencia”, órgano de los estudiantes de la Universidad de Madrid, proyectan la construcción de La Casa de Bello, como sede de estas actividades culturales y a la vez albergue para estudiantes de escasos recursos económicos. 

Con el objetivo de recaudar fondos para la realización de este plan, en el Carnaval de 1928, se organiza la Semana del Estudiante, en cuyo programa destacan los siguientes actos: 

a) Desfile de la Universidad hasta el Panteón Nacional en homenaje a los próceres

b) Coronación de la Reina de los estudiantes Beatriz I (Beatriz Peña), en el Teatro Municipal

c) Recital de la juventud en un Teatro capitalino

d) Concentración juvenil en La Pastora 

e) Preparación de una becerrada, que no se realizo por el sesgo que tomaron los acontecimientos.

Debido a la participación de Pío Tamayo, antiguo exiliado político, luchador popular en el exterior y uno de los introductores del marxismo en Venezuela, quien en la coronación de Beatriz I, lee un poema juzgado como subversivo por las autoridades; a las primeras intervenciones de los estudiantes de Derecho, Rómulo Betancourt, Jovito Villalba y Joaquín Gabaldón Márquez, también consideradas subversivas por los cuerpos de seguridad y al “acto irrespetuoso” de Guillermo Prince Lara, quien rompe una lapida conmemorativa de una obra del gomecismo; el Gobierno reprime los festejos, encarcela a Pío Tamayo y a los jóvenes oradores en los actos públicos, siendo conducidos a La Rotunda. Ante la inesperada reacción oficial y como actos solidarios frente a los que consideran un injusto cautiverio, el resto de los estudiantes se entrega espontáneamente a la policía.

El gobierno traslada a 214 jóvenes al Castillo de Puerto Cabello, donde permanecen detenidos durante 12 días, hecho que hasta entonces nunca había ocurrido en el país. Frente a estos sucesos, en las principales ciudades y muy en particular en la Universidad de Los Andes, se levanta una ola de protestas, que hace ceder al Gobierno. Cuando retornan los estudiantes a Caracas, el pueblo los aclama y vitorea, mientras repudia fuertemente la acción represiva que se había tomado. Es en esta aproximación entre el pueblo y los universitarios excarcelados, donde se encuentra el germen de un nuevo intento de oposición al Gomecismo. Luego se produce el vinculo que algunos estudiantes: Juan José Palacios, Francisco Rivas Lázaro, Fidel Rotondaro y Germán Tortosa, entre otros, efectúan con jóvenes oficiales del Ejército para planificar un golpe de Estado, que debía realizarse el 07 de abril de 1928. La conspiración fracasa, pero marca una decidida y activa participación de los estudiantes en la lucha política.

Con el objetivo de obtener la libertad de sus compañeros detenidos a raíz del intento de sublevación del 07 de abril, un grupo de estudiantes redacta en octubre de 1928, un enfático documento que pide al Presidente Juan Vicente Gómez, la reconsideración de sus severas medidas. Solo obtienen como respuesta una inmediata orden de captura. Ante la indignación popular traducida en ruidosas manifestaciones, cerca de 200 estudiantes son conducidos a las colonias de Araira, sitio en el cual se construye un tramo carretero para que paguen con trabajos forzados su inmiscuencia en la política. Aquellos que son considerados más peligrosos (Pedro Juliac, Rafael Chirinos, Ricardo Razetti, Antonio Sánchez Pacheco, Antonio Anzola Carrillo, Clemente Parpacén, Eduardo Celis Sauné, Enrique García Maldonado, Guillermo López Gallegos, José Antonio Marturet, Juan Yáñez, Luis Felipe Vegas, Luis Villalba Villalba, Nelson Himiob e Inocente Palacios) son segregados del grupo y conducidos al inhóspito presidio de Palenque. El resto es trasladado al Castillo de Puerto Cabello, donde permanecen hasta principios de 1929.

Esta segunda estadía en el Castillo, los vincula todavía más a la actividad política y les abre la posibilidad de un estudio diferente y crítico de la realidad nacional. En torno de Pío Tamayo y de Rafael Arévalo González, veterano luchador antigomecista, quienes se encuentran recluidos con ellos, forman 2 círculos de estudios, de orientación antagónica, a través de los cuales aprenden los rudimentos del materialismo histórico y se enteran de los movimientos recientes en el seno de las democracias occidentales. Posteriormente, desarrollan charlas sobre la historia y los problemas de Venezuela. A los pocos meses, la mayoría de los estudiantes que intervinieron en los acontecimientos de 1928, son expulsados del país.

Entre 1929 y 1936 viven un exilio que constituye el complemento ideal en el proceso de su formación. Los grupos más numerosos y compactos, residentes en el Caribe, España y Francia, generan los partidarismos contemporáneos, la renovación del conocimiento científico y social, así como un cambio sustancial de la oposición tradicional y participan en proyectos contra el gobierno de Gómez, que se traducen en sonados hechos tales como, en 1929, el asalto a Curazao (José Tomás Jiménez Arráiz, Miguel Otero Silva, Pablo González Méndez y Guillermo Prince Lara) y la Expedición de Falke (Julio MacGill, Rafael Vegas y Armando Zuloaga Blanco).

Los estudiantes del 28, regresan a Venezuela después de la muerte de Gómez y al principio (1936-1940), actúan como un grupo homogéneo. Por lo menos intentan desarrollar proyectos comunes. Sin embargo, lentamente comienzan a escindirse en banderías políticas distintas, formándose los núcleos de los futuros partidos. Algunos se apartan de la vida pública, movidos por su particular vocación profesional y otros se incorporan al mundo de los negocios. En el seno de los subgrupos más combativos se aclimata la semilla de Acción Democrática, Copei, Unión Republicana Democrática (URD) y del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Quienes se inclinan por la creación artística (Guillermo Meneses, Miguel Otero Silva, Nelson Himiob, Antonio Arráiz, Felipe Massiani, Gabriel Bracho Montiel, Carlos Eduardo Frías) y la investigación social (Carlos Irazábal, Rodolfo Quintero, Miguel Acosta Saignes, Isaac J. Pardo, Juan Bautista Fuenmayor, Juan Oropeza, Joaquin Gabaldon Márquez, Augusto Márquez Cañizalez, Héctor Parra Márquez y Elías Toro), sientan las bases para un cambio de perspectiva en relación con las pautas predominantes en el país hasta el término del Gomecismo. La Venezuela contemporánea les debe mucho a su contribución en este sentido. E.P.I. 

En síntesis, la Generación que entro en la historia política de Venezuela en 1928, no fueron simples líderes políticos, que escogieron esa, como cualquier otra profesión. Fue una Generación por demás brillante, valiente y decidida a formarse cada vez más desde el punto de vista político e intelectual y a la cual se unieron en el trascurso de los años venideros, importantes personeros, tales como Rafael Caldera, quien por razones de edad no participo en esos primeros hechos y Gustavo Machado, quien se encontraba fuera del país al igual que otros valiosos exiliados por la dictadura.

La importancia de la “Generación del 28” en la historia contemporánea de Venezuela, radica en tres aspectos fundamentales: Por un lado, representa la Venezuela que se ha bajado del caballo en 1903, con el fin de las guerras civiles y son los primeros que muestran y obligan a un caudillo dictador, como Juan Vicente Gómez, habituado a dirimir los conflictos políticos en los campos de batalla, a enfrentar a un grupo de estudiantes que actuando como colectivo, plantean una lucha en un ámbito desconocido por Gómez y en general por los caudillos del siglo XIX: la ciudad. Por otro lado se alzaron contra la tiranía y fueron dirigentes civiles fundadores del poder civil en Venezuela. Antes de ello, solo habían existido pálidos retoños, con marcada indecisión ante el poder militar. Son ciudadanos creadores de la ciudadanía y a su acción se deberá la extensión del voto y sobre todo la fundación del partido moderno. Por lo tanto son los verdaderos creadores de la democracia representativa y los creadores de las sociedades civiles en Venezuela.

A partir de este momento las batallas políticas del siglo XX, se desarrollarán en las ciudades, mediante huelgas generales, paros, boicots, etc. Por otro lado y en relación con lo anterior, el carácter colectivo del movimiento de 1928, expresado en la propia denominación de “Generación”, formará parte de otro importante elemento de ruptura con la historia política del siglo XIX; la despersonalización del poder. Es por esto que pese a la cantidad de liderazgos (Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Raúl Leoni, Juan Bautista Fuenmayor, etc.) presentes en los sucesos de 1928, ninguno en principio tuvo un protagonismo especial, predominando la unidad del grupo sobre cualquier individualidad, lo que será un adelanto de una de las principales características de las organizaciones políticas del siglo XX: la disciplina partidista. Por último, con los jóvenes estudiantes del 28 se introducen nuevas ideologías (socialismo, marxismo, democracia) a las cuales, no pueden adaptarse viejos líderes como Gómez. En tal sentido, una doctrina como el Liberalismo que fue central durante todo el siglo XIX, pierde su vigencia ante el surgimiento de ideas tales como la lucha de clases, la social democracia, los partidos policlasistas, la importancia del Estado como agente planificador de economía, etc. En definitiva, se puede decir, que con la llamada “Generación del 28”se introducen los elementos de cambio que le permitirán a Venezuela romper con el siglo XIX e insertarse en el XX.

Rómulo Betancourt, pese a su forma polémica y para algunos de sus compañeros generacionales, sectario y excluyente, es el primero en darse cuenta y proceder en consecuencia, que todo aquello solo podía subsistir, cuando se deja a un lado, algo que viene de las guerras religiosas y que se resumen, en la negativa de reconocer la existencia del adversario. Solo cuando se tiene esta actitud, se comienza actuar políticamente. Esta actitud de Rómulo Betancourt y el resto de la generación, tomarán los nombres de “Convivencia”, en los años 30 y 40 y conllevará al Pacto de Punto Fijo al final de los 50.

Rómulo Betancourt, Don Rómulo como lo llamaremos en adelante, se puede decir que fue un predestinado en el mejor sentido de la palabra, a quien el destino lo puso desde un principio en los sitios y momentos coyunturales de su generación. Nace el 22 de Febrero de 1908, en la pequeña población de Guatire – estado Miranda. Fueron sus padres Luis Betancourt, inmigrante de la Isla Canarias – España y Virginia Bello, nativa de Guatire.

Familia honesta, trabajadora y no poseedora de mayores recursos económicos muy aficionados a la lectura, cosa no muy usual para la época. Hábito que se trasmite a su hijo único de precoz inteligencia y fácil oralidad. Su padre incursiono en la poesía y fue editor de “El Geranio”, igualmente fiero y declarado opositor al régimen dictatorial. Todo esto influye de manera determinante en el desarrollo inicial de Don Rómulo y que será pieza fundamental en su futuro. Lee los libros Historia de Venezuela de Eduardo Blanco, El Quijote de la Mancha, El Judío Errante, El Conde de Monte Cristo, Los Tres Mosqueteros, como parte de los libros que sus padres le suministraban. Durante sus estudios primarios tiene como maestro a Manuel Fermín, una especie de Sócrates pueblerino, quien le trasmite importantes conceptos y hechos. Es importante resaltar que para la época, no era fácil acceder a los estudios necesarios. En 1919, la familia se traslada a la Ciudad de Caracas, hecho que lo favorece, ya que no era muy frecuente poder realizarlo y que fue factible en su caso, por la venta de la casa en Guatire a buen precio y por el traslado hasta esta ciudad de la firma para la cual trabaja su padre, donde Don Rómulo culmina sus estudios de primaria e ingresa en 1924, al Liceo Caracas. Caracas, era una ciudad pequeña y sin demasiados establecimientos de educación, por lo que era fácil encontrar en sus aulas a la futura élite del país. 

Al principio son compañeros de primer año: Nelson Nimiob y Felipe Massiani, futuros literatos y luego se agregan: Teodoro Capriles, mas tarde famoso deportista; Vicente Lecuna, futuro historiador y banquero; Israel Peña, futuro crítico musical; Andrés Germán Otero, futuro Ministro; Julio de Armas, futuro Rector de la Universidad Central de Venezuela. Ya estaban en segundo año Miguel Otero Silva, escritor, parlamentario y fundador en 1943, del diario “El Nacional”; Luis Beltrán Prieto Figueroa, maestro insigne y fundador de Acción Democrática, quien introduce a Don Rómulo en el periodismo e influye en el aspecto político y la lectura, Jovito Villalba, futuro fundador de la Unión Republicana Democrática (URD); Raúl Leoni, futuro Presidente de la República, Luis Felipe Urbaneja, Inocente Palacios, Elías Toro, Edmundo Fernández, Pedro Juliac, Rafael Vegas, Raúl Soules, todos futuros Ministros; Germán Suárez Flamerich, quien llegaría en 1950, a la Presidencia de la Junta de Gobierno Dictatorial. En tercer año se encontraban: Victor Brito, futuro Médico y amigo vitalicio e incondicional de Don Rómulo; Juan Bautista Fuenmayor, fundador en 1931, del Partido Comunista.

El Liceo Caracas lo dirigía originalmente Luis Espelozin, pero la personalidad dominante, era el Sub-Director, Don Rómulo Gallegos, prestigioso escritor quien aparte de lo administrativo daba clase de Literatura y Filosofía. Don Rómulo como siempre descolla en el grupo, sobre todo en Historia y Literatura. Don Rómulo Gallegos fue factor de vital importancia en el desarrollo político e intelectual de Don Rómulo. Otros profesores en el liceo fueron: Fernando Paz Castillo, Julio Planchart y Caracciolo Parra León, este último decisivo en la formación intelectual de Don Rómulo.

Todo este granado grupo, estaba permanentemente comprometido con la Literatura y lectores voraces de cuanto libro llegara a sus manos. Su hábito por la lectura se incrementa; muestra actitudes literarias, ganando en 1925, un concurso de cuentos promocionado por el diario “La Esfera”. 

En 1926, ingresa a la Universidad Central de Venezuela, junto a la mayoría de sus compañeros del Liceo Caracas para estudiar Derecho y al mismo tiempo es Profesor de Literatura en dicho Liceo.

Pero en 1928, sus estudios se ven truncados, al participar en la Semana del Estudiante, junto a miembros de la Federación de Estudiantes de Venezuela, presidida por Raúl Leoni. Esta celebración se convirtió en una protesta contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, la cual concluye con la encarcelación y posterior traslado de este grupo de jóvenes, al Castillo Libertador de Puerto Cabello, donde Don Rómulo celebra su vigésimo cumpleaños, cargado de grillos en los pies. Reclusión que por fuertes protestas inéditas del pueblo caraqueño, solo duro dos meses. 

A partir de este momento Don Rómulo se convierte en uno de los más importantes líderes de la oposición antigomecista, y termina su carrera universitaria, para transformarse en un autodidacta de permanente y voraz sentido de aprendizaje, elemento fundamental para su futuro. Don Rómulo, consciente de ciertas limitaciones en su formación intelectual, procede a leer a importantes escritores venezolanos: Rómulo Gallegos, Manuel Díaz Rodríguez Fermín Toro, Juan Vicente González, Cecilio Acosta, José Rafael Pocaterra y extranjeros, como Miguel de Unamuno, Jorge Ortega y Gasset, José Vasconcelos, Petrarca, Rubén Dario, Eça de Queiroz, Lugones, entre otros.

Una vez en libertad, participó en un movimiento insurreccional que fracaso luego de la toma del Palacio de Miraflores, al intentar la toma del Cuartel San Carlos, lo cual provocó una gran persecución y represión policial y al cierre de la Universidad Central de Venezuela.

Logra abandonar el país, dirigiéndose a la Isla de Curazao. Exilio que durara hasta finales de 1936, dedicando mucho tiempo al estudio de la Historia Latinoamericana y del Pensamiento Socialista. Formalizando su militancia en el Partido Revolucionario Democrático, organización marxista de izquierda radical, del cual se separa luego de 04 meses. 

No descansa en su lucha contra el régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez, y viaja en 1929, a Costa Rica, Colombia, Panamá, República Dominicana y Trinidad, en la búsqueda de formar una coalición conspirativa y financiamiento para derrocar la dictadura. Trata de participar en un movimiento liderado por el General Román Delgado Chalbaud. Embarcó en un buque que zozobró antes de alcanzar la meta, lo cual lo salva de la suerte que corrieron quienes llegaron a Cumaná: la cárcel o la muerte. 

Tras este fracaso insurreccional viaja a Costa Rica, donde en 1932, se casa con Carmen Valverde, y nace su única hija Virginia Betancourt Valverde. 

En 1930, se encuentra en Barranquilla – Colombia y funda la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARDI), donde expreso su posición frente a los grupos marxistas – leninistas. Viaja a Bolivia y al Perú, donde fortalece vínculos con el Partido Aprista (APRA), fundado por Victor Raúl Haya de la Torre. Ese mismo año redacta el Plan de Barranquilla, que es firmado el 22 de marzo de 1931, conjuntamente con Valmore Rodríguez, Raul Leoni, Cesar Camejo, Ricardo Montilla, entre otros. Dicho plan consistía fundamentalmente en el análisis de la situación venezolana bajo la óptica de la dialéctica marxista. Nunca se aplico por la controversia que se origino, pero sirvió de base para algunos planteamientos en el futuro.

A partir de 1931 hasta 1935, comienza una etapa de radicalización ideológica de Don Rómulo. Se radica en Abril de 1931 en Costa Rica por 4 años. Allí milita en el Partido Comunista Costarricense, lo cual causa molestia y preocupación en sus compañeros del ARDI, de quienes se había distanciado.

Regresa a Venezuela el 05 de Enero de 1936, a la muerte de Juan Vicente Gómez y se incorpora a la lucha política, fundando con compañeros del ARDI, el primer Partido Político de Venezuela después de la muerte de Gómez, la Organización Venezolana (ORVE), decidido a incorporarse en la política de masas. Tuvo corta duración, al ser declarado ilegal por el gobierno del General Eleazar López Contreras en 1937, al vincularlo al comunismo. En ORVE, se cumple un paso más de avance en el proceso de organización que conformó el origen de Acción Democrática como partido nacionalista y revolucionario. La represión y cárcel que sufrieron bajo el señalamiento de ser comunistas, resulto propicia para una más adecuada sedimentación, dando lugar en conjunto con Jovito Villalba, a la constitución del Partido Democrático Nacional (PDN), que fue clandestino y oposicionista radical al régimen. Al ilegalizarse, se decreta la expulsión del país de sus dirigentes, entre los cuales estaba Don Rómulo, quien se va a la clandestinidad hasta 1939 en que es apresado y se dirige a Chile, iniciando su segundo exilio, donde se relaciona con Salvador Allende. Regresa al país en 1940. 

Puede afirmarse que el PDN, fue la antesala de Acción Democrática, tanto en lo doctrinario, como por el elemento humano que reunió, como fue el caso de Leonardo Ruiz Pineda.

Con el ascenso al Poder, del General Isaías Medina Angarita, se permite la legalización del PDN, y el Maestro Rómulo Gallegos, ocupa su Presidencia.

Por razones vinculadas a lo que el gobierno entendía como principio de autoridad, el PDN, tuvo que llamarse de manera diferente y surge Acción Democrática, con un programa y estatutos centrados en la Democracia Social y el funcionamiento del centralismo democrático.

Este paso de Don Rómulo, del marxismo a la social democracia, fue producto de un proceso que se inicia aparentemente a su salida de Costa Rica y la convicción creciente que no podía sustituirse gobiernos dictatoriales, por gobiernos totalitarios como el comunismo. No fue fácil, siendo muy difícil de comprender y aceptar por muchos de sus compañeros.

Todo esto concluye un 13 de septiembre de 1941, en el mitin del Nuevo Circo de Caracas, donde participaron: Don Rómulo, Rómulo Gallegos, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Andrés Eloy Blanco, Mario García Arocha, Ricardo Montilla y Luis Leonardo Pineda, cuando se oficializa el nacimiento de nuestro glorioso Partido Acción Democrática. Es importante resaltar, que en el Acta Constitutiva del Partido, no aparece el nombre ni la firma de Don Rómulo y esto es debido, a la valoración de comunista que tenía el Gobierno de Don Rómulo; quien en su grandeza y visión política, no les dio el argumento buscado por el gobierno para evitar la Constitución oficial del Partido. Hecho este que fue factor fundamental para su fundación.

No fue fácil construir Acción Democrática y para ello Don Rómulo, se dio a la tarea de recorrer a toda Venezuela, contactando y corroborando la realidad, social política y económica del país y poniéndose en contacto con todos los sectores: profesionales, educadores intelectuales, periodistas, comerciantes, agricultores etc. Trazándose tres objetivos fundamentales: la organización del Partido, su presencia en todo el País y crear su propio periódico, que fueron cumplidos a cabalidad entre 1941 y 1945. Siempre busco la adscripción ha Acción Democrática de los mejores valores, y es así como personeros como: Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Vicente Lecuna, Leoncio Martínez (Leo), Luis Beltrán Prieto Figueroa, figuran entre los primeros inscritos en Acción Democrática. 

Don Rómulo fué un hombre tenaz, astuto, de carácter fuerte, enemigo acérrimo de la adulancia y capaz de tomar la decisión necesaria por dura que fuera, incorruptible, honesto a toda prueba y que siempre puso los intereses del país y del partido por encima de cualquier otro por importante que fuera. Solidario con sus amigos y muy especialmente, con los que llamaba sus Hermanitos: Raúl Leoni, Valmore Rodríguez, Ricardo Montilla, Pedro Juliac y Víctor Brito. Trabajador insigne sin descanso y que supo conjugar perfectamente, el ser líder, ser dirigente y ser directivo de su tan querida organización política; no todos los políticos de Acción democrática y de otros partidos reúnen estas tres condiciones y muchos podrían pensar que el ser dirigente y ser directivo son iguales, lo cual desde el punto de vista semántico pudiera ser, pero en la práctica no...

El ser dirigente implica una fuerte cuota de liderazgo; es aquel de aceptación, credibilidad y promoción popular, con presencia, contacto y dialogo permanente con el pueblo, independientemente de su condición social o económica y conocedor pleno de la problemática en todos sus estamentos. El ser directivo implica una gran responsabilidad, que no siempre es honrada y pudiera ser solamente quien ejerce un cargo político, pero que no necesariamente lo hace ser dirigente.

A Don Rómulo le toco tomar decisiones muy difíciles en los momentos de divisiones del partido: La más importante la del Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR), de tendencia Marxista, que se llevo una parte de lo más granado de la juventud para la época. La división de ARS, propiciada por Raúl Ramos Jiménez, que luego llevó a la formación de AD oposición y más tarde se convirtió en el Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN), y finalmente la división con el Movimiento Electoral Popular (MEP), propiciada por Luis Beltrán Prieto Figueroa y Jesús Ángel Paz Galarraga, que conllevó a la pérdida de la elección Presidencial. A pesar de las duras decisiones que tuvo que tomar Don Rómulo, en todas ellas mantuvo el dialogo con los divisionista, tratando de buscar una solución a las distinta problemáticas. 

Pudo haber sido otra vez Presidente, pero prefirió dar un paso al lado y dejar la oportunidad para otras opciones. En definitiva fue un hombre polémico, controversial, querido y odiado por muchos y a la vez odiado y respetado por otros muchos, pero al final de todo, escritores e historiadores de reconocida solvencia, como son Germán Carrera Damas, en su libro: Rómulo Histórico y Manuel Caballero, en su libro: Rómulo Betancourt ,Político de Nación, reconocen la importancia de la obra de Don Rómulo y no dudan en llamarlo Padre de la Democracia Moderna en Venezuela o si se prefiere Padre de la Democracia a la Venezolana. Fue un prolífico escritor, siendo su obra política cumbre: Venezuela, Política y Petróleo, que salió a la luz en la edición de 1956,en la cual hace un análisis pormenorizado de la situación de Venezuela y la influencia del petróleo en el país. 

Hoy Venezuela vive una profunda crisis, que precisa de nuestros mejores esfuerzos y sacrificios, sin descanso, sin intereses subalternos, con dirigentes, militantes y simpatizantes probos, honestos e incorruptibles. Acción Democrática tiene en los actuales momentos, en esta profunda crisis, la gran responsabilidad de recuperar y acrecentar la presencia y credibilidad de nuestra organización en el pueblo venezolano y deberá prepararse ante la inminencia de importantes procesos políticos, de presentar los mejores candidatos, de mayor aceptación, calificación y capacidad, sin intereses ocultos de beneficio personal, a la consideración del pueblo venezolano y en la seguridad que en los procesos de selección que se deben realizar en lo interno de nuestra organización y en lo externo ante otras organizaciones políticas. Presentando programas factibles y no ofrecimiento demagógicos circunstanciales.

De igual forma, se debe establecer el dialogo necesario para tratar de lograr el regreso a nuestra organización de amplios sectores que se han desplazado de Acción Democrática por inconformidad, descontento, frustración y que hoy hacen vida política en otras organizaciones. Es por demás importante entender la necesidad de abrir los espacios y campos para nuestra juventud de relevo y frenar ese éxodo de dirigente juveniles y de juventud, que hoy no nos acompañan y desempeñan importantes labores en otras organizaciones que le han ofrecidos mejore perspectivas de evolución política. La renovación de nuestros cuadros dirigenciales, mediante la participación directa de los militantes, simpatizantes y amigos de nuestra organización, es un clamor general. 

Debe existir una comunicación permanente, muy clara y con mensaje, que rebata, la masiva y grosera propaganda oficialista, que trata de mitificar y glorificar, a Hugo Chávez Frías, tratando de desligarlo de cualquier mínima responsabilidad, de esta profunda crisis que se vive en Venezuela. A mi entender, el “Aquí no se habla mal de Hugo Chávez”, pareciera hasta los momentos ser visto como un slogan mas, olvidándose de un principio fascista y göebeliano, de repetir una mentira mil veces y más, hasta que se haga familiar, como una verdad aceptada, si no se toma las medidas precisas y permanentes.

La promoción de la Unidad con otras organizaciones políticas, no tiene ninguna duda y discusión, debiendo ser el norte a seguir y de obligatorio acatamiento a sus decisiones y resultados. De otra forma, quedaríamos en el riesgo, sino la seguridad, de desaparecer del espectro político. 

Quisiera incluir en esta disertación, un aporte que solicite a nuestro querido y respetado amigo, Dr. Néstor Luis López Rodríguez, persona por demás conocida y de opiniones sensatas, coherentes y siempre desprovistas de sesgos interesados...

ROMULO

EN MOMENTOS DE CRISIS…. PENSAMOS EN DON ROMULO.

La inmensa mayoría de los venezolanos sufren hoy en carne, propia los graves problemas que afectan a nuestra nación y que NO nos permiten vislumbrar, a corto plazo, un futuro promisorio para nosotros ni para las nuevas generaciones.

Quienes hemos llegado a la tercera edad, después de haber participado activamente en la política durante unas cuantas décadas, nos ha permitido comparar la Dictadura inicial de nuestra niñez, la democracia que disfrutamos en nuestra juventud, con esta última etapa, que Hugo Chávez denomino la Revolución del Siglo XXI. Con base en nuestra experiencia podemos afirmar, con amplio conocimiento de causa , que nunca Venezuela ha vivido situaciones tan graves como las que padecen nuestros compatriotas en estos últimos quinquenios .El desabastecimiento y alto costo de alimentos y medicinas, la inseguridad, la desconfianza en la justicia por estar sujeta y complaciente a la voluntad del Presidente, la violencia, la corrupción, el desconocimiento de la Asamblea Nacional, los presos políticos en condiciones infrahumanas en sus sitios de reclusión por Ordenes Presidenciales, un Consejo Nacional Electoral sumiso al gobierno, la censura a la información veraz y el cierre de importante medios de comunicación ataques reiterativos a la Iglesia y sus representantes y muy en particular con nuestro querido y respetado, Cardenal: Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, y muchos otros problemas adicionales, configuran un cuadro de tal magnitud, que nos preocupan en extremo.

Cuando observamos las ultimas encuestas, que muestran la destrucción de la clase media, el aumento de la pobreza que alcanza niveles superiores al 80% y de la pobreza crítica llegando al 50%, así como el inmenso porcentaje de ciudadanos que apenas les alcanza para dos comidas diarias, con la consiguiente disminución del peso y estatura de la población, coincidimos con los trabajos científicos presentados por expertos en la materia, que nos señalan, que si no existe un cambio en las políticas económicas y de seguridad social de este gobierno, nos está conduciendo a una hambruna, con aumento de la morbilidad y la mortalidad por la desnutrición, las enfermedades y la inseguridad, que unido a la corrupción campante, determina la consolidación de una verdadera crisis.

Y en momentos de crisis…. pensamos Don Rómulo 

¿Porque en Don Rómulo?. Debido a que enfrentó muchas crisis y supo solucionarlas con inteligencia, con amplitud, con coraje personal, con conocimiento y con honestidad personal y política ampliamente demostrada.

Así lo reconocieron quienes lo conocieron, no solo sus partidarios, sino también sus adversarios políticos. 

Carlos Canache Mata, el 29 de septiembre de 1981 en el Congreso de la República destacó: Solo son protagonistas de la Historia aquellos políticos en quienes se resume y expresa su tiempo. En un país como el nuestro, donde los políticos sin historia eran los que la mayoría de las veces hacían la Historia, Rómulo es un caso excepcional. Pertenece a la estirpe de los que nacieron para vivir luchando; no a la raza de gladiadores de pies lastimados que pierden su coraje en las breñas de la contienda y agrego “más que por su actuación de gobernante, la Historia recordara a Rómulo por ser creador de movimientos de masa y antevió con claridad el porvenir .Sabia que tras las dictadura vendría la era de los partidos políticos”.

Luis Herrera Campins en el mismo acto señaló:Lo más provechoso de la enseñanza de ese gran conducir en su búsqueda de amplitud y concentración de voluntades para la concertación de esfuerzos en el Pacto de Punto Fijo y cuando señaló que nuestra democracia descansa sobre el entendimiento entre los núcleos Civiles organizados política y socialmente y la conciencia institucionalista de las Fuerzas Armadas Nacionales”. Rómulo no deseaba una democracia bobalicona ni una democracia chucuta, sino una DEMOCRACIA DECENTE, donde ese ejemplo de probidad y austeridad viniera de las más altas jerarquía pública, para constituirse en ejemplo de todos y en trinchera inexpugnable en la lucha contra la corrupción administrativa.

Rómulo, en el aniversarios de Acción Democrática en 1975 dijo: El militante adeco- hombre o mujer – antes pobretón, que se compre casa o automóviles costosos y alardee de súbita riqueza, no puede argumentar que se sacó el 5 y 6 o que le bajo del cielo esa riqueza, como inesperado maná. Debe ser investigado y llevado al Tribunal Disciplinario y sacado a empellones del partido y debe hacérsele enjuiciamiento antes los tribunales penales de la República. Cuanta falta tenemos hoy y tuvimos de hacer efectivas estas palabras. 

También nos dio un consejo:Nosotros los adecos, debemos comportarnos con austeridad y probidad. Las lacras de la corrupción proliferan, pudren y terminaran por desintegrar el régimen democrático”. Cuánta razón tenía.

Hemos retrocedido setenta y cuatro años, al día 27 de junio de 1943, cuando en el mitin del Nuevo Circo de Caracas, Rómulo señalo “El pueblo venezolano tiene una sola enfermedad: el Hambre y usando su característico lenguaje dijo; aunque al hambre ahora la señalan con el nombre pedante de avitaminosis. Hoy Venezuela sufre lo mismo que en 1943 pero el gobierno la muestra como producto de la guerra económica y no como es la verdad, causada por la corrupción en el control de cambios e importación de alimentos y en las malas políticas económicas que acabaron con todo el proceso productivo. 

Es por ello, la razón del pensar en Don Rómulo. No pretendemos endiosarlo, glorificarlo, ni mitificarlo, porque con ello, estaríamos manchando y ofendiendo su memoria y trayectoria. Pero si creemos, que debe ser el faro que nos ilumine en la profunda oscuridad de esta crisis, que guíe nuestro entendimiento y nos dé su valor, coraje, tenacidad, inteligencia y habilidad política para salir victoriosos en nuestras luchas, en beneficio de este gran y sufrido pueblo de Venezuela. 

Quiero finalizar mis palabras con tres (03) frases, de las tantas pronunciadas por Don Rómulo en su dilatada trayectoria, creyendo sinceramente, que reflejan el ser y el pensar histórico, de este gran hombre...

Cuando en Venezuela el ladrón de dineros públicos este asediado por el desprecio colectivo, se habrá enrumbado por la vía de la grandeza”. 

El arte de gobernar, es flexibilidad, espíritu de compromiso y dialogo esclarecido entre el Magistrado y el pueblo.

We will come back”.

Viva Acción Democrática y Don Rómulo por siempre !! 

Viva la Democracia Venezolana y los Partidos Democráticos, viva esperanza del reencuentro y recuperación de nuestra querida Venezuela!!


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