El Poder del Liderazgo es para Servir no para Imponer
El verdadero líder que tiene el poder es el que menos lo ostenta y el que tiene la mayor compasión por los demás.
La autoridad no se auto impone sino que para que exista debe ser reconocida por los seguidores.
Quien coarta la libertad de los demás es porque tiene miedo de perder el poder que no tiene.
El verdadero poder es ejercer el servicio para los demás.
Quién más sirva es quien será reconocido por todos como la autoridad que tiene el poder.
Un líder con poder producto de su entrega al servicio para los demás no está pendiente de sus propios placeres sino de la ayuda y la guía que puede llevar a los que más lo necesitan.
Un verdadero líder busca la concertación de las ideas y no la confrontación.
Un líder primero aprende a escuchar para poder reflexionar sobre las circunstancias de la realidad y así tomar decisiones más sabias.
El liderazgo es para quienes puedan entender que ejercerlo es una gran responsabilidad que requiere de sacrificios, entusiasmo y pasión por el servicio al prójimo y no para imponerse a la fuerza abusando de los más vulnerables.
Quien hace uso indebido del poder obtenido por las circunstancias de la vida para aprovecharse con corrupción y abuso hacia los demás, es el peor de los pecadores, porque roba o malgasta los recursos disponibles para hacer el bien a la mayoría, para su beneficio personal.
Quienes por comodidad o ceguera ideológica permiten que las posiciones de poder sean ostentadas por líderes criminales son igual de responsables por dichos crímenes.
El principal atributo que debe tener un líder con poder es la honestidad.
Quien actúa con deshonestidad en las cosas más simples de la vida, será mucho peor cuando ejerza posiciones de poder.
Quien hace de su propósito en la vida la entrega al servicio por los demás a través de las virtudes que le destacan, será un excelente líder.
La autoridad solo es reconocida por los demás cuando pueden ver el buen ejemplo práctico del ejercicio del liderazgo.
Hay que liderar con el ejemplo no con la imposición.
Las circunstancias de la vida son tan cambiantes y tan difíciles que no es posible ejercer el liderazgo con éxito sino a través de las acciones realizadas con profesionalismo y fe.
Un líder que no tiene fe no tendrá el bordón para sostenerse en las etapas más difíciles del camino, cuando las cosas no dependan de sí mismo y le superen sus capacidades.
La mayor recompensa de un verdadero líder servidor es ver la mejora en la calidad de vida de sus compañeros seguidores.
Un verdadero líder siempre construye, nunca destruye.
Todos debemos ser líderes.
Cada uno de nosotros, en las funciones que hacemos, en nuestras familias, nuestros trabajos y nuestra comunidad, debemos obrar correctamente porque con nuestras acciones estamos liderando con el ejemplo y somos responsables de las consecuencias positivas o negativas que esto conlleva.
La personalidad de una nación, una institución, una empresa o una comunidad es un claro reflejo de la personalidad de sus líderes.
El líder debe pensar siempre dos veces los efectos de sus acciones y sus palabras, porque sus seguidores harán el reflejo de lo que vean y escuchen de él.
El poder y la autoridad sólo deben ser reconocidos en aquel que más conoce, que mejor aplica lo que conoce y que más enseña lo que conoce.
Un verdadero líder enseña todo lo que sabe y trabaja mucho para asegurar la educación de los demás como un gran maestro.
La misión de un verdadero líder debe ser crear muchos líderes mejores que él.
El nivel de poder en un líder debe provenir de su nivel de amor por los demás.
El liderazgo debe ser el ejercicio del amor por el prójimo.
Reflexionemos sobre nuestras acciones y nuestra posición de vida. ¿Cómo ejercemos el liderazgo que nos toca?. ¿Cómo contribuimos con nuestras familias, instituciones empresas, comunidades y nuestra nación con nuestro ejemplo de liderazgo?
Lo anterior apenas se distancia muy poco de lo que es deseable para ser personas libres y de buenas costumbres. En otras palabras ... ciudadanos.
El Liderazgo requiere además aprender y cultivar técnicas que hacen la diferencia. En mi trayectoria de 34 años de profesión he tenido la oportunidad de aprender una manera de ser, un crecimiento personal y profesional forjando mi personalidad en el trabajo:
Aprendí a ser exigente, proactivo y competitivo. A estar dos pasos por delante de los demás para supervisar el cumplimiento.
- Ese el estilo de la gerencia venezolana.
Aprendí a ser emprendedor, con la mejor actitud y enfrentando el trabajo con humildad y mucho esfuerzo. El que persigue sus sueños puede lograrlos.
- Esa es la capacidad de emprendimiento técnico italiana.
Aprendí a ser aventurero, creativo y a amar la ingeniería en la responsabilidad de trabajar en equipo para cumplir con el alcance técnico prometido.
Aprendí a ser un vendedor profesional, a ganar licitaciones de proyectos de ingeniería analizando lo necesario para manejar los riesgos adecuadamente.
- Esa la cultura y la calidad del trabajo alemán.
Aprendí a ser un caballero en los negocios, con un estilo técnico y comercial combinado que marca la forma de entender las oportunidades...y aprovecharlas.
Aprendí cómo ser un ganador con una sonrisa presente en el rostro y que siempre existe una alternativa posible para ganar un negocio. No perder de vista que debemos lograr nuestros objetivos comerciales.
Aprendí la técnica de hacerme las preguntas más duras para medir mi capacidad de reacción, una tras de otra sin parar, aprendiendo además a gerenciar con base en estados de ganancias y pérdidas, haciéndome responsable de los resultados para los inversionistas.
Aprendí cómo se puede gerenciar partiendo por la capacidad de gestión administrativa manejando excelentes relaciones humanas.
- Esa es la competitividad y la cultura de la gestión de negocios estadounidense.
Y también aprendí mi circunstancia ciudadana. Aprendí que siempre vamos a tener la oportunidad de contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas que nos rodean y en ese entorno, podemos aún hacer lo máximo para crecer en todos los sentidos. Tal y como me lo predijeron mis padres, como buenos adecos, cuando aún era un niño.
Un abrazo para ustedes compañeros donde quiera que estén !
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