Este martes el diario El Nuevo Herald publicó un editorial en el que señala que la crisis humanitaria, la escasez y la inflación han alertado a la comunidad internacional sobre las precarias condiciones en las que vive actualmente la familia venezolana.
Sostiene que el reciente reportaje de The New York Times expone el efecto letal de la crisis que golpea al sector más vulnerable de la población: los niños. La investigación realizada por el medio estadounidense durante cinco meses comprobó que, en al menos 21 hospitales públicos, las salas de emergencia están abarrotadas por niños en graves condiciones de desnutrición.
Padres de familia pasan días sin comer para darle a los menores lo poco que consiguen de alimentos. En medio de la desesperación, las madres tratan de alimentar a los bebés con leche entera o almidón de arroz con agua, lo que es necesario para llenarles el estómago y evitar que mueran en sus brazos. Los pocos informes que da el gobierno sobre la salud en el país le dan una mala imagen a los planes chavistas de llevar a Venezuela por los mares de felicidad de Cuba.
Sin embargo, el gobierno venezolano oculta las cifras de muerte por desnutrición mientras insiste en que los problemas de abastecimiento se deben a la “guerra económica” lanzada contra el chavismo por los empresarios locales.
En el diario se señala que si bien es cierto que hay contrabandistas conocidos como bachaqueros que compran productos subsidiados para revenderlos a precios más altos y obtener una ganancia, la culpa recae sobre un gobierno que se ha dedicado a arruinar la iniciativa privada mientras reprime a la población y ha causado un aterrador desabastecimiento con medidas absurdas y arbitrarias. La culpa es de un régimen que no puede enderezar la economía nacional, que ha provocado una catástrofe en la nación y que es incapaz de salvar la vida de los niños que sufren el azote mortal del hambre.
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