miércoles, 20 de diciembre de 2017

El gobierno juega con fuego y gasolina - Luis Montilla


Un gobierno con muy pocos logros, abusador, hambreador, forajido y fracasado. Eso es lo que ha sido este gobierno del llamado socialismo del siglo XXI.

Desde los delirios de grandeza y poder del comandante galáctico, que a su paso –valiéndose de sus altos niveles de popularidad y legitimidad carismática-, expropiaba fincas y empresas en plena producción, que debían su éxito al trabajo de sus dueños y familias de varias generaciones; que eran lo que eran por el sacrificio, esfuerzo y dedicación de muchos años de trabajo. Fueron entregadas a “campesinos” y “obreros” organizados en consejos comunales y otras organizaciones de vagos y vividores del Estado, que según sus delirios ideológicos y en una concepción errada y arcaica del papel del Estado -demostrado por la historia-, las haría más eficientes y productivas. Como era de esperarse, todo terminó en un estrepitoso fracaso y ruinas.

Son innumerables los abusos de poder cometidos por el comandante-presidente Chávez, desde el control absoluto de todos los poderes del Estado, pasando por ordenes para encarcelar gente, hacer juicios y condenas obviando el debido proceso y violando los más elementales Derechos Humanos, insultar, descalificar y someter al escarnio público a quienes se atrevieran a discernir, opinar distinto a las ordenes del caudillo militar; regaló nuestro petróleo y dinero a diestra y siniestra, etc., etc. Todo desde un programa de televisión, que obligaba a transmitir en cadena nacional de radio y televisión. Su heredero y sucesor Maduro, no se ha quedado atrás en su empeño de ser su imitador, una mala copia, sin ningún talento, formación, carisma o discurso, pretende mantenerse en el poder tratando de esconder la realidad; también muestra su record de abusos, que van desde ciudadanos y estudiantes torturados, presos y asesinados por pensar distinto y protestar en las calles por tanto abuso y desidia, por “tuitear”, por oponerse a los atropellos contra un pueblo indefenso y desarmado, pasando por comerciantes, dueños de abastos y supermercados que han ido a parar a las frías celdas de la prisión, acusados de acaparamiento de productos de primera necesidad, de no poder ocultar las colas frente a sus negocios, o por alguna escaramuza, en la desesperación de la gente para conseguir alimentos y medicinas.

La situación es insoportable y apremiante, estos jerarcas del gobierno tutelados por la cúpula militar, no quieren ver que ninguna madre o padre en nuestro país, se cruzará de brazos para ver morir a sus hijos de hambre.

El gobierno militarista de Maduro, no quiere entender, que nuestro pueblo ya no tiene más nada que perder, y que puede lanzarse a las calles en el momento menos esperado, arrasando con todo a su paso, para tratar de ponerle punto final a esta agobiante y desesperante situación. No asegurar la comida a su pueblo, es el peor error del gobierno. Están jugando con fuego y gasolina. Este país es una bomba de tiempo.

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