La relación de Acción Democrática (AD) con el Partido Socialista Obrero español (PSOE) es de larga data. Esa relación ha tenido sus altos y bajos, como toda relación entre partidos políticos socialdemócratas que pertenecen a una misma organización internacional (la Internacional Socialista), aunque plural, al haber sido esta la antítesis de la Internacional Comunista de inspiración estalinista.
Esta última fue denunciada por dogmática por los padres fundadores de ambas organizaciones, en tiempo tan remoto como la época de los primeros años de la Revolución bolchevique. Cuando aparecer como anticomunista era una apostasía criticada en el mundo intelectual y político de todo el mundo.
Rómulo Betancourt rompió con el estalinismo cuarenta años antes de que lo hicieran los eurocomunistas de Marchais, Carrillo y Berlinger, pero en aquella época también lo habían hecho dos prominentes líderes del socialismo español, como Fernando de los Ríos e Indalecio Prieto. Muchos años después, Felipe González vino a Caracas, creo que aún era el “Isidoro” de la clandestinidad y tuvo un fraterno encuentro con Rómulo Betancourt. Allí Betancourt le aconsejaba no pelearse con los comunistas, de cara a la transición democrática que estaba comenzando en España, a la muerte de Franco, pero le advertía que no los invitara a gobernar porque los comunistas tenían una política internacional que le causaría problemas en su aspiración de llegar al poder, para conquistar estadios de bienestar y justicia social para su país.
Más adelante, la relación de Felipe con AD y Carlos Andrés Pérez como presidente le facilitó su entrada a España en aquella famosa “boutade” de Pérez metiendo a Felipe de “contrabando” en su avión presidencial, con la aquiescencia furtiva del mismísimo rey don Juan Carlos. En fin, sería de muy mala educación recordar otros actos solidarios de los adecos venezolanos, desde el poder, con el partido hermano español. Lo cierto es que no queremos pasar facturas de vieja data, pero sí creemos menester relievar, a ver si se corrige la actitud de otro líder o “barón”, de ese partido, como lo es el ex presidente Rodríguez Zapatero. La llegada de este a Venezuela, como facilitador en las negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición venezolana, había sido esperada con alegría y optimismo por nosotros, habida cuenta de la antigua relación recíproca y benéfica entre AD y el PSOE, en el pasado. Obviamente, el que un ex presidente español y socialdemócrata viniera a interceder en la gravísima crisis venezolana nos parecía auspicioso.
Nunca formamos parte, los adecos, de la jauría ultrarradical opositora que descalificaba a Rodríguez Zapatero desde el principio. Incluso criticamos a algunos líderes opositores, quienes para complacer a los “guerrilleros del teclado” les hacían el juego en público, para después adularle en privado y así obtener beneficios de la relación del ex presidente con el gobierno. Lo que nunca imaginamos fue la inesperada reacción de Rodríguez Zapatero a la negativa de la oposición venezolana a firmar unos acuerdos en República Dominicana que constituían un agravio a la democracia y al pueblo venezolano. En efecto, Rodríguez Zapatero, indignado, exigía a la oposición que firmara el acuerdo habida cuenta de que, según él, el gobierno iba a respetar escrupulosamente lo allí establecido.
Una de dos: Rodríguez Zapatero es un ingenuo que ignora el talante antidemocrático de los representantes del gobierno o está definitivamente colocado al servicio de un régimen que comete toda clase de desafueros totalitarios y cuyos dislates son conocidos por los líderes democráticos de todas las tendencias políticas españolas, menos él aparentemente. Hasta los tozudos y atrasados dirigentes del partido Podemos tratan de poner distancia frente al descrédito de sus financistas. El PP, desde el gobierno, ha tenido una actitud positiva y solidaria con nosotros que ya quisiéramos ver en nuestros compañeros de la izquierda democrática. Ah, y con el partido Ciudadanos, de Albert Rivera, es otra cosa, para ellos nuestro agradecimiento eterno.
Mientras Rodríguez Zapatero así actúa, su compañero Felipe González ratifica, públicamente, su adhesión a la política de denuncia de la oposición venezolana a las infames condiciones que el gobierno y su ANC inconstitucional nos quieren imponer. En efecto, Felipe ha dicho lo que debió decir Rodríguez Zapatero, que “Maduro está imitando el modelo cubano que han caracterizado los hermanos Fidel y Raúl Castro en Cuba y que lo que se vive en Venezuela es peor que una dictadura, porque la dictadura tiene reglas, pero Maduro no respeta sus propias reglas”. Gracias don Felipe, usted sigue siendo el consecuente muchacho andaluz que visitó a Betancourt y que CAP metió de contrabando a España para construir la democracia que usted, Rodríguez Zapatero y el resto de los españoles disfrutan y de la que hoy nosotros adolecemos.
Felipe González escribió hace pocos años un libro que tituló: En busca de respuestas. El liderazgo en tiempos de crisis. Se lo recomiendo a don José Luis Rodríguez Zapatero, porque allí Felipe dice algo que aquel debería saber, pues si lo supiera otra hubiese sido su actitud: “La situación actual entraña una evidente crisis de liderazgo en una parte del mundo, mientras que, en otra, se alzan las tentaciones de lo que Fernando Henrique Cardozo ha llamado ‘utopías regresivas’. Algunas de las más notables y de las más sonoras son fácilmente identificables por todos, como el chavismo venezolano: alternativas de sistemas llenas de retóricas, no reales, que son ya auténticos fracasos históricos. No son utopías aunque sí regresivas”.
Desearíamos que Felipe convenciera a Rodríguez Zapatero y al PSOE de la necesidad de unirse a toda la oposición venezolana en las exigencias de condiciones decentes de participación, presionando así al gobierno para que convoque las elecciones en la oportunidad constitucional que realmente corresponden. Qué lástima que Rodríguez Zapatero no lea a su compañero, que no es un simple político sino un verdadero hombre de Estado. No hay dudas, hay dos PSOE: me anoto con el de Felipe y ojalá Rodríguez Zapatero rectifique, para que se nos incorpore.
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