La Secretaría de Profesionales y Técnicos de Acción Democrática - Seccional Mérida y este su portal "UnidAD Gremial" Sugieren leer este documento que permite descubrir las verdaderas intensiones de “Los ángeles”, en él cada contenido muestra por que cada venezolano se ha empobrecido de manera tan
brutal.
TITULOS DEL DOCUMENTO
A continuación, se apilan los títulos de cada párrafo,
con el fin de facilitar al lector la búsqueda de aquellos que sean de su
interés
1-
“La Libertad es una ilusión, es
irrealizable, porque nadie sabe usarla con discreción”.
2-
“Escogeremos inexpertos en el arte de
gobernar”.
3-
“Por la crisis económica acrecentaremos el
odio”.
4-
“Arrancar de los espíritus hasta la
concepción de Dios”.
5-
“Todos los mecanismos del estado deben estar
en nuestras manos”.
6-
“Para arruinar la industria debemos favorecer
la inflación”.
7-
“El aumento de las fuerzas militares es
esencial para nuestros planes”.
8-
“Tendremos a nuestro alrededor un ejército de
economistas y banqueros” “Debemos conocer y estar seguro de todos los
procedimientos que manejan nuestros enemigos”.
9-
“Hemos corrompido y embrutecido varias generaciones”.
10- “Destruiremos la importancia de la familia y
su valor educativo”.
11- “La libertad, los derechos, el principio
electivo deberán desaparecer del repertorio humano”.
12- “Haremos una prensa para imbéciles”.
13- “Los hombres preferirán el descanso de la servidumbre”.
14- “El derecho del más fuerte debe ser usado”.
15- “Eliminaremos todo resto de pensamiento
independiente”.
16- “Mejoraremos y aprovecharemos las cualidades
de los abogados”.
17- “Toleraremos a los conspiradores que no pasen
de palabras”.
18- “Haciendo mártires engrosaremos nuestras
filas”.
19- “La suma de nuestros actos se resuelve con
cifras”.
20- “La deuda y sus reconversiones son producto de
la corrupción”.
21- “El sistema de represión del pensamiento ya está
en vigor”.
22- “Los sin trabajo son los más peligrosos”.
¿HACIA DONDE SE DIRIGE
VENEZUELA?
Cortesía del Blog Plomo Parejo
Diario de mayor circulación de Los Andes: LA NACIÓN
INPACTO San Cristóbal, Edo. Táchira, lunes 17 de septiembre de 1990.
Coordinador: Carlos Delgado Duarte – Diseño Gráfico: Wilson Agudelo –
REPRODUCCIÓN DEL DOCUMENTO PUBLICADO EN EDICIÓN DE AQUELLA FECHA.
Sirvió este documento como fuente inspiración para la
doctrina subversiva del MVR-200, cuyos Planes Rectores Iniciales, militaristas,
totalitarios, ejecuta hoy Chávez exitosamente desde el Poder. Aclaratoria: un
grupo comunista, ubicado en La Universidad de los Andes, ULA, entre quienes
figuraba Adán Chávez, conspiraba contra el gobierno, en conjunción de militares
activos, entre ellos Hugo Chávez. Elaboraban entonces planes político – administrativos
para gobernar a Venezuela y copiaron las ideas básicas de un antiguo programa
totalitario, publicado por La Nación, dos años antes de la asonada del 4 de
febrero – 92. Paralelamente Arias Cárdenas y Klever Ramírez, prepararon otro
proyecto que fue conocido por todos los conspiradores, civiles y militares,
mientras el plan ULA-Chávez se mantuvo ultra secreto hasta que los sediciosos
conquistaron el poder y, según afirma Chávez, esas ideas son ahora la carta de
navegación estratégica del régimen.
SINTESIS DEL DOCUMENTO
1.
“La
Libertad es una ilusión, es irrealizable, porque nadie sabe usarla con
discreción”. “Hablemos con toda franqueza y discutamos el
sentido de cada idea. Es necesario fijarse que el número de hombres con
instintos perversos es mucho mayor que el de aquellos con instintos nobles, un
gobernante obtiene mejores resultados empleando la violencia y la intimidación,
que utilizando los discursos académicos. ¿Qué es lo que ha contenido esas
fieras salvajes y de rapiña que llamamos hombres? En las primeras épocas de la
sociedad estaban sometidas por la fuerza bruta y ciega; después se sometieron a
la ley, que no es otra cosa que la fuerza disfrazada. Esta consideración me
lleva a deducir que, fijándonos en la ley natural, el derecho reside en la
fuerza. Entonces la idea de libertad es irrealizable, porque ninguna persona
sabe hacer uso de ella con discreción. Los ejemplos son abundantes: Es
suficiente dar a las masas poder de gobernarse, para que se conviertan
inmediatamente en un tropel completamente desorganizado. ¿Puede un espíritu
sensato creer que llegaría a gobernar las masas con argumentos y razonamientos
lógicos, sabiendo que las ideas se contradicen unas a otras y debilitan la
autoridad y la fuerza? ¿Alguien dirá que son inmorales estos planteamientos
sobre el gobierno y sobre los hombres? Es posible que lo piensen, pero nada
disminuyen su valor sobre la realidad, porque la política nada tiene en común
con la moral. Un Jefe de Estado que pretenda gobernar con arreglo a leyes
morales, no es un hábil político y por consiguiente no estará seguro en el
poder. Todo aquel que quiera gobernar debe recurrir al engaño y a la
hipocresía. Téngase siempre presente que, en política, las grandes cualidades
humanas de honorabilidad y sinceridad se convierten en vicios durante el
ejercicio del Poder. No hay ninguna duda, nuestro derecho reside en la fuerza.
La palabra “derecho” es una idea abstracta y en nuestro lenguaje solo
significa: “dame todo lo que yo necesito porque soy más fuerte que tu”. Nuestra
fuerza, dada la situación quebradiza de todos los poderes civiles, será más
poderosa que ninguna otra, porque actúa según convenga, visible o invisible,
dentro o fuera de las leyes. Así el bajo ejercito de la delincuencia de todos
los géneros, extendido en un país y estimulado contra los poseedores de bienes
materiales o contra los defensores de una ideología o religión, es un
instrumento de ataque efectivo, con el que se aterrorizan, se dispersan y se
debilitan los movimientos opositores. Del mal que momentáneamente causemos,
saldrá el bienestar que ofrecerá un gobierno indestructible, duradero y eficaz,
orientado por una Revolución permanente, cuyos objetivos son prefijados por la
Jefatura Suprema.
2.
“Escogeremos
inexpertos en el arte de gobernar”. Seleccionaremos entre el público, administradores con
tendencias serviles e inexpertos en el arte de gobernar y los transformaremos
en peones de nuestro tablero de ajedrez, donde solo podrán moverse siguiendo
las directrices de la jefatura estratégica. Son estos administradores
revocables, sin iniciativas en su ejercicio. Ellos deben actuar
convenientemente, según nuestro propósito, para que la mayoría de la población
siga creyendo en las leyes teóricas que le hemos impuesto, las cuales deben
acatar, cumplir y hacer cumplir. La población debe creer que las leyes
garantizan sus derechos, aunque dentro de un Proceso Revolucionario las leyes
pueden cambiar cada vez que la Revolución lo exija. La prensa es una gran
potencia que debemos controlar y ponerla al servicio de la Revolución. Por
medio de la prensa (hoy diversos medios de comunicación), se domina el espíritu
público y a la vez se orienta la crítica y se controla la opinión pública,
tanto hacia el interior de las naciones, como hacia las convenientes relaciones
internacionales.
3.
“Por
la crisis económica acrecentaremos el odio”. Hoy puedo asegurarles que estamos ya a muy pocos pasos
de nuestro objetivo final. Bien pronto se derrumbarán los obstáculos que
existen en la actualidad. Bien pronto el desorden y la bancarrota se notará en
todas partes. Desde el poder se puede preparar en breve plazo el derrumbamiento
de todas las viejas instituciones. El camino está preparado para llagar al caos
controlado por nosotros. En todas las constituciones hemos tenido cuidado de hacer
incluir derechos para las masas; derechos estos absolutamente ficticios, que,
al no cumplirse, generarán descontentos e injusticias, atribuibles estas a los
ricos explotadores de los pobres. ¿Para qué sirve una constitución al
proletariado, si de ella no puede recoger más que las migajas sobrantes, que
reciben a cambio de su voto, para que podamos elegir agentes nuestros,
controlados rigurosamente por la Revolución? Nuestra misión es hacer creer que
somos los libertadores del trabajador, que venimos a sacarlos de la opresión y
con esa proposición nos ganaremos las masas durante el tiempo indispensable
para establecer y consolidar el régimen revolucionario y en esa etapa avanzada,
ya poco importa la popularidad y solo tiene valor la disciplina y la obediencia
sin límite a la autoridad suprema. El hambre concederá al Poder Revolucionario
amplios derechos sobre los trabajadores, mucho mayores que los alcanzados por
los soberanos con la fuerza de la aristocracia. Manejaremos a las masas
valiéndonos de la envidia, los resentimientos revanchistas y el odio. Este odio
se acrecentará más por el efecto que ha de producir la crisis económica, la que
orientaremos hacia la paralización del comercio y la producción. Paralización o
intervención, en todos los niveles donde la revolución no ejerza el control
absoluto. Aceleraremos la crisis económica echando a la calle millones de
desempleados, estimulándolos para que se lancen sobre las propiedades privadas
de los ricos explotadores, hasta que el populacho haga sentir su poder y su
desenfreno libertario. Entonces, nosotros desde el poder, borraremos del
diccionario humano la palabra libertad, por ser la libertad de las masas una
ilusión de poder, que transforma los seres humanos en animales sanguinarios. No
deben los revolucionarios olvidar, que los animales feroces se adormecen cuando
están hartos de sangre: los bienes y la sangre de los ricos, adormecerán las
masas desbordadas y enfurecidas durante el tiempo necesario y conveniente al
Proceso revolucionario.
4.
“Arrancar
de los espíritus hasta la concepción de Dios”. La libertad podría ser inofensiva y coexistir bajo un
gobierno revolucionario, sin ser perjudicial al bienestar del pueblo. Pero con
la libertad viene el inconveniente de los mercaderes de la fe, que inducen a
las masas a servir a Dios y a obedecerle, con lo cual los pueblos quedan bajo
el dominio de los pastores religiosos y esto no lo puede tolerar un gobierno
revolucionario. Por ello el primer deber de la Jefatura Suprema es dictar las
medidas para arrancar del espíritu de los cristianos hasta la concepción misma
de Dios y sustituirlas por creencias acordes con la fe revolucionaria que
cumple el milagro de la liberación de los oprimidos. Las rivalidades, la lucha
por la supremacía y las continuas especulaciones en el mundo de los negocios,
van creando una sociedad desmoralizada, egoísta y sin corazón. Esta sociedad
terminará por ser completamente indiferente frente a la religión y frente a la
alta política pre-revolucionaria. Entonces en esta encrucijada, sin fe y sin
orientación, el populacho, las clases inferiores, se unirán a la revolución y
las clases cultas, junto a los profesionales rebeldes, tendrán que rendirse
incondicionalmente o emigrar, dejando atrás los bienes que aun posean.
5.
“Todos
los mecanismos del estado deben estar en nuestras manos”. ¿Qué clase de gobierno puede darse a
sociedades donde la corrupción y la confusión se han generalizado por todas
partes; en donde la riqueza no puede adquirirse más que por la astucia, la
sorpresa u otros medios fraudulentos;
donde reina el desorden, sin moral, sin disciplina; donde debe prevalece
el castigo, con leyes severas y no por principios voluntariamente aceptados;
donde los sentimientos de patria y religión han desaparecido gracias al
desarrollo adquirido por las teorías cosmopolitas y monetarias? Nosotros
queremos formar un gobierno central y fuerte, de modo que siempre podamos tener
en nuestras manos las fuerzas sociales. Entonces, con nuevas leyes,
reglamentaremos la vida política y económica de nuestros súbditos, como si cada
uno de ellos formara parte de los engranajes de una máquina. Podrán decirnos
que la clase de gobierno que yo sugiero no está de acuerdo con el progreso de
la civilización actual, pero voy a demostrar lo contrario: en aquellos tiempos
en que los pueblos creían que los gobiernos eran encarnación de la voluntad
divina, se sometían tranquilamente al despotismo de sus monarcas. Pero desde
que nosotros inoculamos al populacho la noción de sus propios derechos, miraron
a los reyes como simples mortales. Y cuando perdieron la fe religiosa, se
liberaron y arrojaron el Poder a la calle, para que nosotros lo recogiéramos.
Durante cierto tiempo, una coalición general de todos los cristianos, podrían
ponernos en gran peligro, pero la mejor protección será las que ellos mismos
nos proporcionen con sus eternas contradicciones, sus rivalidades y sus odios
cuyas raíces no pueden extirpar. De modo que ningún gobierno encontrará apoyo
en el de su vecino, para ir en contra nuestra, porque cada uno de ellos pensará
que una acción contra nosotros puede ser desastroso para su existencia misma.
Así es como todos los engranajes y mecanismos del Estado se mueven solamente
por una fuerza que está en nuestras manos que es el poder financiero y del oro.
También es importante que nadie dude de nuestras ideas liberales, de las que
haremos gala frente a todos los partidos y todas las tendencias. Y para
asegurarnos la opinión pública es necesario embarullarla por completo,
haciéndoles oir, por diferentes conductos, ideas y opiniones contradictorias,
en párrafos muy largos, para que los cristianos se pierdan en el laberinto.
También debemos multiplicar a tal punto los desaciertos, las bajas pasiones y
las leyes cambiantes, para que nadie sea capaz de pensar claridad y menos
intentar rebelarse.
6.
“Para
arruinar la industria debemos favorecer la inflación”. Bien pronto comenzaremos la organización de
grandes monopolios, donde se acumularán las riquezas colosales, tanto nuestras,
como de los cristianos y otros sedientos de ganancias. Entonces nosotros
provocaremos la crisis política, previo retiro de nuestros fondos, para llevar
todo a la bancarrota, al hundimiento total de los capitales que especulan fuera
de nuestro control. Aumentaremos los salarios con regularidad, lo que no
proporcionará ventaja alguna a los obreros, puesto que al mismo tiempo
elevaremos todos los productos de primera necesidad. Debemos desorganizar la
producción en sus bases, sembrado los gérmenes de la anarquía donde haya
capital, tirabajo y productividad. Así obligaremos a los productores a
abandonar las propiedades privadas ubicadas en los campos fértiles. Propiedades
que pasan al Estado y serán entregadas al proletariado revolucionario. Así
justificaremos las confiscaciones, simulando que hacemos justicia social cuando
atacamos los monopolios de la tierra y damos un alivio pasajero a los
desvalidos, quienes nada producirán.
7.
“El
aumento de la fuerzas militares es esencial para nuestros planes”. “La intensificación del servicio militar y
el aumento de las fuerzas de policías, son esenciales para la realización de
nuestros planes”. En toda Europa y con la ayuda de Europa debemos suscitar en
los demás continentes la sedición, las disensiones y la mutua hostilidad. Es
previsible que para conseguir ese objeto nos hace falta recurrir a infinidad de
engaños y artificios durante las negociaciones, pero cuando acudamos a eso que
llaman “la lengua oficial”, adoptaremos una táctica opuesta, aparentando ser
sumamente honrados y conciliadores. Tenemos que estar preparados por si algunos
se opusieran a nuestros Proyectos. En caso necesario debemos llegar hasta la
declaración de guerra al país vecino que pretendiera atravesarse en nuestro
camino. Pero si estos vecinos, a su vez, decidieran unirse en contra nuestra,
será preciso desencadenar una guerra total.
8.
“Tendremos
a nuestro alrededor un ejército de economistas y banqueros” “Debemos conocer y
estar seguro de todos los procedimientos que manejan nuestros enemigos”. Nos valdremos de recursos y argucias, las
más oscuras y complicadas que existan en las leyes, en el caso de que nos
veamos obligados a justificarnos y a tomar determinaciones que pudieran parecer
atrevidas e injustas, porque será de gran importancia ejecutar tales decisiones
de una manera tan enérgica que, a los ojos del pueblo, puedan aparecer de
naturaleza completamente razonable y justa. Nuestro gobierno deberá, superada
la fase inicial con el servicio de la burocracia servil e incompetente,
rodearse de todos aquellos elementos más poderosos de la civilización; publicistas, abogados notables, procuradores,
administradores y diplomáticos que hayamos formado en nuestras escuelas
especiales y guiados por la ideología revolucionaria. Tendremos a nuestro
alrededor millares de banqueros, de negociantes y lo que es más necesario,
millonarios, porque en realidad el dinero lo decidirá todo. Sin embargo,
mientras no estemos seguros de que los altos puestos del gobierno sean
desempeñados por nuestros hermanos revolucionarios, confiaremos dichos puestos
a personas cuyos antecedentes y reputación sean tan malos, que se establezca
una separación y repudio entre esos funcionarios la nación. Los prontuarios de
estos elementos son la garantía de la lealtad a nuestro gobierno. Los
profesores deben conocer los secretos de la vida social y deben ser maestros
prácticos en todo lo que se refiere a la política en general. También deben ser
conocedores del corazón humano, se sus fortalezas y debilidades. Ellos deben
tocar diariamente las cuerdas más sensibles de esos corazones, para oír cada
acorde y cada modulación.
9.
“Hemos
corrompido y embrutecido varias generaciones”. Al aplicar los principios que orientan nuestro Proyecto,
tenemos que poner mucho cuidado en conocer el carácter particular de la nación,
en el seno del cual tenemos que vivir y trabajar. Es preciso que esa nación
haya sido reeducada por nosotros. Sabemos por otras experiencias, que el
carácter más obstinado cambiará, debidamente tratado, en un plazo de diez años
y de ese modo podremos añadir más a aquellos que ya se nos han sometido.
Gobernaremos por la fuerza, con una voluntad indomable, porque somos los restos
de un gran partido que gobernó en otros tiempos. Somos el manantial del terror
que se ha extendido por todas partes. Los pueblos están reclamando angustiados las
indispensables soluciones de los problemas sociales. Las fallas y disensiones
de los partidos han puesto esos pueblos en nuestras manos y para no destruir
prematuramente las instituciones civiles y militares, nosotros las hemos
retocado con nuestra mano experta, al mismo tiempo que nos hemos adueñado de
los principales resortes de sus mecanismos. De este modo todos verán que
nuestro poder llega a todas partes y que nos hemos mezclado en asuntos de
justicia, en los manejos electorales, en la dirección y control de la prensa,
en el desenvolvimiento de la libertad individual, y sobre todo, en aquello que
más trascendencia tiene, como es la Instrucción y Educación general, que son
los principales sostenes de la existencia libre. Con adecuados procesos didácticos,
hemos corrompido y embrutecido varia generaciones, enseñándole a niños y
jóvenes, principios y teorías que sabemos de antemano enteramente falsas, pero
que nosotros mismos las hemos inculcado”.
10. “Destruiremos la importancia de la familia
y su valor educativo”.
Empiezo hoy por repetir lo que ya he dicho: Los gobiernos y los pueblos no ven
más que la apariencia de las cosas. Y ¿Cómo esperan ustedes que ellos
desentrañen el sentido íntimo de las cosas y de los acontecimientos, cuando sus
representantes y dirigentes, no piensan más que en divertirse, enriquecerse
fácilmente y aumentar sus propias rivalidades, por llegar al poder? Es muy
necesario para nuestra política tener presente este detalle que nos ayudará
cuando lleguemos a la discusión de la división del Poder, de la libertad de
palabra y de prensa, de la libertad de conciencia, de la inviolabilidad de la
propiedad privada y del domicilio, de los impuestos, de la fuerza retroactiva
de las leyes. Todos estos puntos fundamentales para nosotros no deben tratarse
directamente delante del pueblo. Cuando demos nuestro golpe de Estado, diremos
al pueblo que, “todo marchaba espantosamente mal y por tal razón, todos ustedes
han sufrido más allá de lo que pueden soportar”. Nosotros venimos a destruir
las causas de esos tormentos y podemos hacerlo logrando mayor justicia para los
pobres y mayor condena para los culpables. Del sufragio universal haremos un
instrumento para subir al Poder o para conservarlo, cuando estemos seguros de
tener las condiciones más favorables. El sufragio cumplirá por última vez su
papel expresando el deseo unánime de todos. El sistema de elegir debe
cambiarse, porque la masa popular no tiene el criterio sensato y es engañada
por charlatanes y demagogos. El populacho solo intervendrá, bajo el estricto
control de nuestras autoridades, con el fin de hacerle creer que tiene poder
como elector, para decidir la conformación del gobierno y de su propio destino.
Alcanzada la fase de consolidación de nuestro sistema y lograda la reeducación
de la mayoría de la población pasamos a destruir la importancia de la familia
cristiana y su valor educativo. Así quedará cerrado el ascenso de
individualidades que puedan perturbar el orden impuesto al populacho, al que
solo orientarán nuestros dirigentes revolucionarios. En la nueva Constitución
restringiremos al mínimo el número de diputados y si entre ellos surge alguna
discrepancia con las disposiciones de la suprema Jefatura, reduciremos esos
sedicentes a la nada, sometiéndolos al juicio popular.
11. “La libertad, los derechos, el principio electivo
deberán desaparecer del repertorio humano”. El Concejo de Estado servirá para confirmar el Poder del
gobierno. Bajo las apariencias de un cuerpo legislativo, será en realidad un
comité que redacte las leyes y decretos que convengan al gobierno. Se habla de
libertad de prensa, del derecho de asociación, de libertad de conciencia, del
principio efectivo y muchas más que habrán de desaparecer del repertorio
humano. Estas son las formas culturales cristianas que debemos eliminar
radicalmente en la nueva constitución. Si esos cambios operan en el sentido de
la severidad rigurosa, pueden acarrear desesperación y si operan en sentido de
complacencias ulteriores, se dirá que hemos reconocido nuestros errores y esto
debilita la aureola de infalibilidad del nuevo Poder. Lo uno y lo otros
perjudican el prestigio de la nueva constitución. Avancemos en movimientos
uniformes, cuidando las apariencias formales.
12. “Haremos una prensa para imbéciles”. Con
la prensa obraremos del modo siguiente: ¿Qué papel representa actualmente la
prensa? Sirve para encender las pasiones y fomentar los egoísmos de los
partidos. Es la prensa vana, injusta, mentirosa y la mayor parte de los hombres
no comprende para que sirve. Nosotros la marcaremos y le pondremos frenos,
haciendo lo mismo con las demás obras impresas (actualmente se agrava la
descalificación al tener las oraciones otros medios comunicación con
gran poder de difusión del pensamiento: TV, radio, internet). ¿De qué nos
serviría el desembarazarnos de la prensa, si habríamos de servir de blanco en
otras publicaciones o libros? Entonces transformaremos la publicidad que tan
caro nos cuesta hoy, porque ella es la que nos permite censurar los periódicos,
con impuestos y otras limitaciones. Crearemos un impuesto especial para la
prensa y exigiremos una participación oficial, cuando se funden periódicos e
imprentas. De este modo y con otras presiones colaterales, nuestro gobierno
quedará garantizado contra los ataques de la prensa y nada será dado a conocer
a gente sino con nuestro visto bueno. Con estas medidas, el instrumento del
pensamiento se convertirá en medio de educación controlado por nuestros
agentes, que no permitirán a las masas divagar sobre los beneficios del
progreso y la libertad. Y para bien de los espíritus favorables a la tendencia
que habremos establecido, nuestras publicaciones serán baratas y leídas por
todo el mundo. La necesidad del pan cotidiano, hace callar a los pueblos y va
convirtiéndolos en nuestros humildes siervos. También presentaremos en la
prensa concursos de arte, de deportes de toda clase y con estos
entretenimientos, los pueblos apartarán los ánimos de aquellos asuntos que
pudieran causarnos conflictos.
13. “Los hombres preferirán el descanso de la
servidumbre”.
Cuando nuestro poder se haya consolidado,
no reconoceremos ninguna religión que pretenda dominar las masas y en
consecuencia, para evitar perturbaciones, nosotros debemos destruir todas las
creencias. Para descalificarlos resaltaremos los errores de administración o
las fallas morales de los cristianos, que serán descritos con los más vivos por
nosotros. Exaltaremos la repugnancia contra ellos, para que los pueblos
prefieran el descanso de la servidumbre, desechando los derechos a la famosa
libertad, que alguna vez les causó inquietudes.
14. “El derecho del más fuerte debe ser usado”. Cuando empecemos a gobernar, trataremos de
que no haya complots contra nosotros. Para conseguirlo, condenaremos con
severas penas a todos aquellos que atenten contra el gobierno establecido. Para
que un gobierno sea inamovible, es necesario reforzar constantemente la aureola
de su poder y esta aureola no se obtiene más que por la inflexibilidad. El
pueblo respeta siempre al que hipnotiza con el valor y por la fortaleza del
espíritu. Cuan clarividentes fueron nuestros sabios antiguos, al decir que
´para conseguir el objeto, no hay que detenerse ante ningún medio ni contar las
victimas que caen sacrificadas´. Expulsaremos el liberalismo de todos los
puestos importantes de nuestra administración, dando el ejemplo y la debida
educación a nuestros subordinados. Solamente serán admitidos en esos puestos,
los revolucionarios que hayamos educado para cumplir misiones en el gobierno.
Nuestro gobierno tendrá características de una tutela patriarcal, paternal y
nuestros súbditos verán la autoridad suprema, como un padre que se preocupa por
todas sus necesidades, de todas sus acciones y de todas sus relaciones. Se
inculcará en la mente de los súbditos que solo podrán vivir en paz y en calma,
manteniendo esta tutela y dirección de la Jefatura que merece respeto y
veneración por justicia y sabiduría.
15. “Eliminaremos todo resto de pensamiento
independiente”.
Con el objeto de destruir todas las fuerzas colectivas, excepto las nuestras,
estrangularemos las universidades antiguas y fundaremos otras con espíritu
nuevo. Los profesores estarán preparados para su trabajo con Programas
detallados y secretos, con el fin de enseñar dosificadamente a los jóvenes la
doctrina nuestra. Los clasificaremos y seleccionaremos según las condiciones
que demuestren para servir y para alcanzar jerarquías superiores dentro de la
Revolución. Excluiremos de la enseñanza el derecho civil y el derecho político.
Las lecciones sobre estas especialidades, solo se impartirán a algunas docenas
de estudiantes escogidos por sus facultades eminentes y por su afinidad con
nuestro Proceso permanente. Cuando nosotros estemos en el Poder, separaremos de
la educación todos los asuntos de enseñanza que puedan causar trastornos y
haremos de la juventud muchachos obedientes a la autoridad e incondicionales de
nuestros Proyectos. Borraremos de la memoria de los hombres todos los hechos
pasados inconvenientes. De aquellos hechos conservaremos solo los que describan
las faltas de los cristianos. Nosotros también aboliremos toda enseñanza
privada y abriremos nuevas posibilidades a la educación pública, donde
fijaremos la fuente selecta de nuestros recursos humanos. En pocas palabras,
habiendo aprendido por la experiencia, que los hombres viven y se conducen por
ideales y que estos ideales son inculcados por la educación, nosotros
asimilaremos y adaptaremos en nuestro provecho, los últimos destellos del
pensamiento independiente. El sistema de represión del pensamiento ya está en
vigor, por medio de la enseñanza por imágenes, que transforma los pueblos en
animales dóciles que no discurren y esperan la representación de las cosas por
imágenes para comprenderlas.
16. “Mejoraremos y aprovecharemos las cualidades
de los abogados”.
El foro crea hombres fríos, crueles, tercos, sin principios, capaces de
colocarse en todas las ocasiones en un terreno impersonal, puramente legal.
Generalmente no rechazan ninguna defensa y tratan de obtener la absolución de
sus defendidos a toda costa, aprovechándose de las sutilezas de la
jurisprudencia, para lograr convencer al juez que preside el tribunal. Esta
profesión permite solo desarrollarse en límites muy estrechos, lo cual es
conveniente para la operatividad de nuestro Proyecto, que requiere
profesionales con tales características. Por eso haremos de los mejores
abogados, los funcionarios ejecutores de las leyes revolucionarias, cuyas
formas y sentido variable, en cada caso, siempre apuntan en beneficio de la
Revolución y en contra de cualquier síntoma que amenace nuestro Proyecto.
Aclaramos que, mientras no hayamos educado a la juventud en las nuevas
creencias, durante la transición del nuevo orden al nuevo, no iremos
abiertamente contra las ideologías e instituciones existentes, que influyen en
la educación, tales como la Iglesia, en cambio lucharemos contra ella con
críticas profundas a su ejercicio, buscando crear disensiones entre los
misioneros y separaciones de estos contra los pueblos.
17. “Toleraremos a los conspiradores que no pasen
de palabras”.
Cuando sea necesario reforzar las medidas de protección policiaca, simularemos
desordenes y manifestaciones de descontento, expresadas estas por buenos
oradores contratados para tal simulación. Como la mayor parte de los
conspiradores obra por amor al arte y por ganas de impresionar con su charla,
no les molestaremos, con tal de que se contenten con las palabras solas. Si
entre el pueblo hay alguno que se esfuerce en presentar alguna súplica al Jefe
Supremo, los que están en los primeros puestos debe acoger esa súplica y
delante del solicitante, entregársela al jefe, quien ordenará complacer al
solicitante, lo cual aumenta la aureola del Poder y las bondades por servir al
pueblo.
18. “Haciendo mártires engrosaremos nuestras
filas”. Si bien nosotros no
admitimos que todos se ocupen de la política, estimularemos en cambio todo
ofrecimiento a mejorar la condición del pueblo. Esto nos permitirá ver los
defectos y fantasías de nuestros súbditos, a quienes responderemos con la
respuesta positiva a su petición o con una refutación sensata, de demostrará la
falta de inteligencia de quienes piden al gobernante ayudas necias e
injustificadas. Para quitar el valor físico y moral a los crímenes políticos,
colocaremos a los acusados en el banquillo, en misma categoría de los ladrones,
los asesinos y demás delincuentes comunes abominables. En contrario hemos
inspirado la idea de que un condenado por delito político, perteneciente a
nuestras filas, es un mártir que morirá por un ideal noble, como es servir al
pueblo y a la patria.
19. “La suma de nuestros actos se resuelve con
cifras”. Hablaremos del
programa financiero que he reservado para el final de mi disertación, como el
punto más difícil, culminante y decisivo para nuestros Planes. Al abordar este
tema, les recuerdo lo que he dicho en forma alusiva: la suma de nuestros actos
se resuelve con cifras. Cuando estemos en el poder, nuestro gobierno evitará
cargar demasiado impuestos a las masas populares. En nuestro gobierno el Jefe
Supremo tendrá la ficción legal de ser propietario de todo. Podrá por tanto recurrir
a la confiscación de todas las cantidades de dinero que juzgue necesarias. De
ahí se desprende que la tributación consistirá en un impuesto progresivo a la
propiedad. Los ricos deben comprender que su deber es poner a la disposición
del Estado una parte de lo superfluo, ya que el Estado les garantizará la
seguridad del remanente y el derecho a una ganancia honrada. La caja de los
fondos del Estado debe tener una determinada reserva y todo lo sobrante y
excedente de ese capital, habrá de ponerse en circulación (cambio de ley del
Banco Central, traspaso de reservas excedentarias para gasto corriente). Los
Empréstitos, como la espada de Damocles, están suspendidos sobre la cabeza de
los gobernantes, quienes prefieren soslayar los impuestos que deben pagar los
súbditos y van con las manos extendidas a pedir limosna a nuestros banqueros. Los
empréstitos extranjeros son sanguijuelas que no se despegan del cuerpo del
Estado vicioso y manirroto, al cual pronto reemplazaremos por el Estado Popular
eficiente.
20. “La deuda y sus reconversiones son producto de
la corrupción”.
Nuestro gobierno universal no tendrá vecinos, a quienes dar dinero prestado.
Hasta ahora nos hemos aprovechado de la corrupción de los administradores y de
la negligencia de los gobernantes, para recibir cantidades dobles, triples y
aún mayores, solo por intereses de cada préstamo. Para cubrir los intereses
deben recurrir a nuevos empréstitos, que no se abonan al capital, sino que
aumentan la deuda, y a la vez, los intereses pendientes de pago, cuando los
administradores agotaron el crédito, tratan de solventarlos con impuestos que
caen sobre la espalda de quienes no tienen capacidad de pago ni han disfrutado
de los bienes derivados de los créditos. Las consecuencias son obvias: mayor
pobreza para los pobres y más desesperación para los desvalidos, a quienes
hacemos llegar consignas contra sus gobernantes. Después vienen las
conversiones, que disminuyen solamente el pago de intereses, sin extinguir las
deudas. Desde el poder suprimiremos las bolsas de fondos públicos, porque no
permitiremos que el prestigio de nuestro Poder por alzas y bajas de nuestros
valores.
21. “El sistema de represión del pensamiento ya está
en vigor”. Tenemos en nuestras
manos la mayor fuerza del mundo: el oro. Podemos, en dos días, retirar de
nuestros depósitos todo el oro que necesitemos. Sabemos demostrar que somos
bienhechores del pueblo y así ganarnos su voluntad, lo cual nos permite
utilizarlos, como cartas marcadas, en el juego político. Explicaremos al mismo
tiempo que la libertad no debe confundirse con el desorden, que ha reinado
durante siglos. El programa de enseñanza será diferente para cada profesión y
no se generalizará bajo ningún pretexto. Cada clase social ha de estar educada
entre los límites convenientes, según el destino y el trabajo que debe cumplir.
Nosotros aboliremos la enseñanza privada e impondremos nuevas teorías
educativas, que serán dogmas y las aplicaremos para atraer a los hombres a
nuestra fe.
22. “Los sin trabajo son los más peligrosos”. Para que los pueblos se acostumbren a la
obediencia, es necesario habituarlos a la modestia y disminuir el uso y consumo
de objetos de lujo. La embriaguez estará prohibida por ley y será castigada
como un crimen contra la humanidad, ya que los hombres que se dan a ese vicio
se transforman en brutos, bajo la influencia del alcohol. A los hombres y
mujeres sin trabajo, hay que ocuparlos en actividades temporales diversas, por
turnos, aunque estas actividades no sean productivas. Así se controla la
desesperación de la gente con pequeñas asignaciones para adquirir un poco de
pan para cada día. La persona desocupada se entrega a la vagancia y genera
problemas de orden público, que obliga al gobierno a aplicar la represión
policial contra masas de población, que debamos mantener bajo protección, como
obsecuentes, para utilizarlos contra cualquier brote de disidencia. Raro es el
hombre que no aspire a gobernar y a ser el dictador; estando el aspirante a
sacrificar el bien de todos a cambio del Poder propio. Todas las ambiciones se
originan en que la libertad política es un derecho, consagrado hasta ahora en
las constituciones y por tal razón, muchos aspiran a ocupar los primeros
sitiales de mando, por lo cual, por efecto de las rivalidades entre tantos
aspirantes, lleva a las naciones que deseamos conquistar, a la fragmentación, a
la anarquía y a la incoherencia y a contradicciones para resolver sus problemas
fundamentales. Entre tanto el pueblo busca caminos viables y nosotros le
abrimos las puertas en nuestras filas.
---------- Fin de la
síntesis de documento ----------
OBSERVACIONES
Léase y compárese el contenido de este escrito original,
con el programa que se está cumpliendo en Venezuela desde 1999, bajo la
dirección colegiada Fidel-Chávez. Sumase al análisis el contenido de los
documentos titulados por Chávez: Gran salto adelante, con Diez Objetivos
Estratégicos, presentado a sus seguidores en el Teatro de la Escuela Militar el
13 y 17/Nov/2004. En el mismo tiempo y lugar, Chávez entregó otro documento
fundamental para los revolucionarios. El Mapa de Navegación Estratégica y
métodos de acción, para realizar la primera fase de la Revolución hasta el año
2021.
No sigamos pensando cómodamente que el Lobo vendrá, porque esa
posibilidad dejó de ser una amenaza y se transformó en la opresora realidad
presente; El Lobo ya llegó y está en el país, en nuestras casas, escuelas,
liceos, universidades, templos sagrados y en las calles de todos los pueblos
venezolanos, devorando, destruyendo o degradando todo aquello que recibimos
como herencia de nuestros antepasados: historia, cultura, instituciones,
educación, familia, ordenamiento legal, paz, civilismo. Ya no estamos en un campo de juego. Debemos comprender que nuestra
patria es un campo de batalla, nacional e internacional. Caracas 13/Marzo/2006.
Equipo Roca, Prof. Elías.
Transcripción de Magda Mascioli.
Fuente: noticierodigital/forum/
José Orlando Ceballos Pérez, 3-3-2017, nueva transcripción digital del documento
fotocopiado
Nota: El párrafo Nº 12 contiene el resumen de los
puntos XII y XIII, enumerados de esta manera por la Transcriptora Magda
Mascioli.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario