Antonio Ecarri Bolívar, vicepresidente nacional de AD y diputado a la Asamblea Nacional, manifiesta que se debe evitar que en el país se produzca un enfrentamiento semejante al ocurrido en Siria.
La confrontación política en Venezuela se debe al empeño de Chávez y ahora de Maduro de implantar en Venezuela un modelo económico que fracasó en el mundo: el comunismo. Esta crisis la acelera el empeño de imponer un gobierno dictatorial y su correlato conculcador de la libertad de elegir y de la alternancia en el manejo del poder.
El enfrentamiento en Siria es de un empeño similar -con el argumento de mantener un supuesto gobierno de izquierda, en el mundo árabe, atornilla a un dictador a sangre y fuego- pero ha sido de una devastación tal que las estadísticas publicadas indican que han sido asesinadas entre 300.000 y 470.000 personas. De los 22 millones de habitantes que había en Siria antes del conflicto, más de la mitad debieron huir de sus hogares. 13 millones y medio de estos desplazados necesitan ayuda de la Cruz Roja Internacional.
Venezuela, que fue por 40 años de democracia el país más estable del hemisferio, que erradicó las enfermedades; acabó con los ranchos de paja insalubres; masificó la educación creando la clase media más importante de América Latina; el sistema hospitalario mejor dotado de América del Sur; la electrificación más importante (después de la norteamericana) en todo el continente; que llevó agua potable a toda la población y era la nación más codiciada por los extranjeros para asentar sus familias porque vislumbraban un futuro en un país de oportunidades, con la llegada del “socialismo del siglo XXI” se volteó esa tortilla.
Al acabarse el flujo permanente de dinero proveniente del petróleo, Maduro dijo: “lo que no podamos obtener por los votos lo obtendremos por las balas”; pero él sabe, sus camaradas cubanos y venezolanos también, que esa es una baladronada imposible de ejecutar.
Angustia lo que ocurriría si lo intenta: convertiría al país en un Estado policial y represivo, necesitando no solo el respaldo de Cuba, sino de grupos extremistas como los de ISIS y otras naciones como Rusia que no tienen nada de socialistas pero sí de mafiosas. El gobierno sirio, presidido por Bashar al-Assad, cuenta con el apoyo de Rusia, Irán y la organización terrorista libanesa Hezbola, mientras la oposición siria es apoyada por EEUU, Turquía, Arabia Saudita y otros países aliados occidentales y del Golfo Pérsico.
Cada vez que se abra una vía electoral, democrática y pacífica debemos explorarla y participar. Lo contrario es hacerle el juego, no solo al madurismo, sino a los intereses internacionales de grandes potencias que les importa un bledo la vida de nuestros compatriotas.
No quiero que en Venezuela lleguemos a la tristísima reflexión de Antonio Machado en plena guerra civil con su poema: “Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza / entre una España que muere y otra España que bosteza /. Españolito que vienes al mundo / te guarde Dios / una de las dos España ha de helarte el corazón”.
Vamos a imponer la sensatez, la paz y la vía electoral para recuperar la libertad y la unidad de Venezuela, así se nos vaya la vida en el intento. Sí hay futuro… si no le hacemos caso a los cabezas calientes de ambos extremos (Betancourt, dixit).
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