Caracas, 12 de mayo.- La marcha del miércoles 10 de mayo, en contra de la convocatoria a una Asamblea Constituyente, dejó un joven muerto y decenas heridos. Juan Carlos Arteaga es el nombre del joven que quedó tendido sobre el pavimento de la autopista Francisco Fajardo luego de ser atacado, junto a sus otros compañeros de lucha, por una ballena de la Guardia Nacional.
Su cuerpo está marcado por la represión de los organismos de seguridad del Estado, quienes recientemente le causaron una ceguera temporal; sin embargo, las bombas lacrimógenas, los perdigones, ni la presión el agua han quebrantado su espíritu de lucha para rescatar a Venezuela de las manos de los “corruptos” y devolverle la libertad.
“En lo que va de protesta, he visto caer a tres luchadores a mi lado, he tenido la mala fortuna de tener que cargar el cuerpo de dos de ellos. Yo he recibido impacto de perdigones en varias partes de mi cuerpo que ya ni recuerdo, me han disparado y pegado bombas en las piernas, brazos y en la cabeza que, por suerte y buenos reflejos, pude medio esquivar y sólo me rozó. La ballena me ha dejado momentáneamente ciego de un ojo… Y sería absurdo darle un número a la cantidad de bombas que he tragado y a los heridos que he tenido que ayudar en el frente“,cuenta en su página de Facebook.
Asegura que el gobierno del presidente Nicolás Maduro tiene miedo porque el pueblo sigue en las calles, sin importar las acciones de represión que usen en su contra, como el disparo de las bombas que son apuntadas directo al pecho y a la cara de los manifestantes, con la intención de matarlos.
“La libertad de mi país la pago con un ojo, con las piernas con la vida si es necesario. El dolor y la muerte son temporales. La gloria es eterna“, afirmó.
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